La agencia Fitch Ratings anunció, este martes 16 de marzo, que mantuvo sin cambios la calificación de riesgo de Costa Rica, pero reiteró su preocupación por la incertidumbre política que amenza la aprobación y apoyo a los acuerdos que alcanzó el Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Estas medidas (las del FMI) están supeditadas a la aprobación del Congreso y al apoyo político para la consolidación fiscal más allá de la actual administración. Costa Rica tiene un historial de fragmentación del Congreso que ha restringido la capacidad de financiamiento externo del gobierno y ha retrasado las medidas fiscales necesarias”, destacó la agencia estadounidense, en un comunicado enviado este martes.
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De esta manera, Fitch mantuvo la nota “B“ al país, con perspectiva negativa, a raíz de la falta de soluciones a los desequilibrios en las finanzas públicas.
La nota de riesgo otorgada por Fitch a Costa Rica se considera de grado especulativo, es decir, que la posibilidad de incumplimiento de las obligaciones del deudor es “significativamente alta”, según la metodología de la agencia estadounidense.
“La perspectiva negativa refleja los riesgos a la baja (...) para llegar a un consenso sobre cómo abordar los desequilibrios fiscales creados por los altos déficits fiscales, el aumento de los pagos de intereses y un calendario de amortización pronunciado”, fundamentó la agencia.
Además, resaltó que el éxito de las medidas de austeridad fiscal del acuerdo con el FMI, dependerán del gobierno electo el próximo año.
No es la primera vez que se ponen en duda la capacidad política del país para resolver su crisis fiscal.
En enero anterior, Fitch, Moody’s y y Standard and Poor’s (S&P) coincidieron en que la principal amenaza para que Costa Rica concrete un acuerdo con el Fondo es conseguir los votos necesarios para aprobar todos los proyectos remitidos a la Asamblea Legislativa.
La actual administración y el Fondo llegaron a un acuerdo, el pasado 22 de enero, el cual fue ratificado por el Directorio del organismo, este 1. ° de marzo.
El plan es una facilidad de Servicio Ampliado del FMI (SAF) que permite al país obtener un financiamiento por $1.778 millones, a cambio de una serie de reformas.
Entre las iniciativas legales están la Ley de Empleo Público, la Ley de Renta Global, la eliminación de exoneraciones (incluye renta al salario escolar y sin afectar fondos de pensiones), y un aporte temporal de utilidades de empresas públicas.
Las medidas pretenden ayudar al Gobierno a alcanzar un superávit primario del 1% para el año 2023, que permitiría iniciar una reducción sostenida de la deuda total en el mediano y largo plazos.
Plan ambicioso
La agencia estadounidense calificó el programa con el FMI como ambicioso pues, el ajuste para lograr superávit primario, es superior a las experiencias de otras naciones sometidas a un acuerdo similar con el organismo.
Pese al reto de la corrección, Fitch consideró clave para el país la aprobación del plan para obtener los desembolsos de recursos del Fondo u otros bancos multilaterales.
“El estricto cumplimiento de las metas fiscales del programa del FMI ayudaría a aliviar el estrecho espacio fiscal de Costa Rica y la creciente preocupación por la sostenibilidad de la deuda”, afirmó la calificadora, en su comentario.
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A la vez, señaló que la dependencia del mercado interno para el financiamiento presupuestario elevaría el costo de endeudamiento del Gobierno.
Y destacó, a modo de ejemplo, que los pagos de intereses de la deuda pública se elevaron hasta el 35,2% de los ingresos del Poder Ejecutivo, el año pasado.
Fitch señaló que, en los próximos meses, podría darse un consenso político sobre el plan con el FMI previo a la campaña presidencial.
“Los partidos políticos prefieren evitar el costo político de aprobar medidas fiscales y asegurar financiamiento externo para la próxima administración”, consideró la agencia.
Proyección económica
Por otra parte, Fitch prevé que el crecimiento del producto interno bruto (PIB) sea del 3,3% durante este año, frente a la contracción de la producción del 4,5%, durante el año anterior.
Destacó que la recuperación de la economía nacional se verá frenada por el alto desempleo, una política fiscal restrictiva y la lenta recuperación del turismo.
“Costa Rica fue uno de los primeros en América Latina en comenzar la campaña de vacunación y tiene un sistema de salud relativamente robusto, lo que reduce los riesgos negativos de la pandemia”, subrayó la calificadora.
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También destacó que el Banco Central ha mantenido un tipo de cambio flexible, e interviene solo para limitar la volatilidad del mercado.
“Los bancos tienen niveles adecuados de capitalización y liquidez, pero siguen siendo vulnerables a una alta dolarización del crédito, en gran parte a los prestatarios sin cobertura”, afirmó Fitch.
Por último, señaló la flexibilización normativa dada para impulsar el crédito y los recursos de la facilidad crediticia, aportados por el Banco Central, de cara al impulso a la reactivación económica.