La calificadora Fitch Ratings informó, este lunes 14 de diciembre, que la nueva propuesta del Gobierno para negociar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) “podría resultar insuficiente para estabilizar” las finanzas públicas de Costa Rica.
El Poder Ejecutivo informó a los diputados, la semana anterior, que el nuevo plan prevé un ajuste del 3% del producto interno bruto (PIB) con el objetivo de lograr un superávit primario en el 2023.
“La propuesta tiene como objetivo la consolidación fiscal por un valor del 3,0% del PIB, del cual el 0,8% provendría de nuevos impuestos, el 1,5% de recortes de gastos y el 0,5% de la eliminación de exenciones fiscales y la redistribución de excedentes de las agencias gubernamentales. Esto podría resultar insuficiente para estabilizar la deuda del gobierno central sin medidas adicionales”, destacó la agencia.
La agencia sostuvo que el país requiere un ajuste fiscal significativo para reducir el alto endeudamiento público que sería equivalente, este año, al 70% del producto interno bruto (PIB) y, para el 2022, supere el 80% de la producción, según sus previsiones.
“Sin una consolidación significativa, la dinámica de la deuda seguirá siendo adversa debido a una recuperación económica moderada junto con altos costos de endeudamiento, lo que aumenta los riesgos para la sostenibilidad de la deuda”, destacó Fitch en un comunicado este lunes.
La calificadora recalcó que, sin un ajuste profundo, el desequilibrio en las finanzas del país no se soluciona, incluso si se implementa como parte de un acuerdo con el FMI, e implica una presión a la calificación soberana B con perspectiva negativa del país.
Elian Villegas, ministro de Hacienda, reveló este lunes que el país comenzará las negociaciones con el FMI en la segunda semana del próximo mes de enero y se efectuará durante un periodo de dos a tres semanas.
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El Gobierno negociará con el FMI un acuerdo de Facilidad de Fondos Extendida (EFF) para obtener financiamiento por $1.750 millones.
Dicho monto equivale al 7% de las necesidades brutas de financiamiento estimadas entre el 2021 y el 2023, según la calificadora.
La Administración de Carlos Alvarado planteó un primer acuerdo con el FMI, en setiembre pasado, que tuvo un fuerte rechazo político y social.
La nueva iniciativa se plantea luego de un proceso de diálogo con diversos sectores del país, pero aún es “políticamente polémico“, afirmó la calificadora.
Fitch también resaltó la “tensa relación“ entre el Poder Ejecutivo y la Asamblea Legislativa que quedó evidenciada con el rechazo al crédito de $250 millones con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
“El estancamiento político sigue siendo un riesgo para la consolidación fiscal del gobierno y los planes de financiamiento externo”, subrayó la agencia en su comunicado.
Presiones financieras
El análisis de la calificadora señala que el amplio déficit fiscal, los altos costos de endeudamiento y los desafíos de la recuperación económica, posteriores a la pandemia, aumentan las presiones sobre la sostenibilidad de la deuda publica costarricense.
Por ejemplo, Fitch subraya que la dependencia del mercado interno para obtener financiamiento implica costos altos para el país y un aumento continuo del endeudamiento, lo cual impulsa el peso de los intereses.
“Prevemos que los pagos de intereses alcanzarán el 38% de los ingresos del Gobierno Central en 2020, o el 5,4% del PIB”, muestran las proyección de la agencia.
La calificadora espera que el déficit fiscal del Gobierno ronde el 9,3% del PIB, en 2020, y el 8,5% de la producción para 2021.
“La creciente factura de intereses, los amplios déficits fiscales primarios y los vencimientos próximos por un valor promedio del 7% del PIB por año durante los próximos cinco años han aumentado las presiones de liquidez sobre el Gobierno”, se recalca en el análisis.
La calificadora señaló que, si el país logra una reforma profunda, podría alcanzar un superávit primario (resultado sin contemplar el gasto por intereses) de 2,5% del PIB, en el 2025, lo cual estabilizaría la razón de endeudamiento.
Además, si Costa Rica logra tasas de crecimiento de la economía del 3% de la producción, representaría un ajuste del PIB de 6,5 puntos porcentuales en relación con el déficit primario proyectado 4,1% de la producción para este año.