Fitch Ratings subió la calificación de riesgo soberana de Costa Rica a raíz de los resultados positivos en las finanzas públicas, gracias a la aplicación de la regla fiscal. La agencia también reconoció la mejora que ha experimentado el país en cuanto al financiamiento del gasto.
El resultado de estas consideraciones fue que el país pasó de una nota B, es decir, de grado altamente especulativo, a BB- (especulativo), con perspectiva estable. En total, Costa Rica subió dos posiciones de acuerdo con la escala de Fitch Ratings: luego de B sigue B+ y a continuación la BB-.
En resumen, la agencia estadounidense destacó tres áreas donde ha habido mejoras. La primera, el acceso sostenido a préstamos multilaterales que han permitido aliviar las restricciones y altos costos para el Gobierno a la hora de acceder al financiamiento de su presupuesto.
También reconoció la implementación estricta de la regla fiscal durante los últimos años. “(esto) representa un cambio importante de una década de deterioro fiscal que impulsó un fuerte aumento en la relación deuda y PIB (producto interno bruto)”, explicó la agencia estadounidense, en un comunicado difundido este jueves 2 de marzo.
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Fitch además recalcó que se han superado “sistemáticamente” y por amplio margen los objetivos fiscales integrados en el programa del Servicio Ampliado de Fondos (EFF, por sus siglas en inglés) acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el 2021.
La semana anterior, Standard & Poor’s (S&P) también elevó la calificación de riesgo crediticio de Costa Rica, solo que en este caso lo hizo desde B hasta B+, es decir, subió la nota solo un escalón, según la metodología que utiliza esta agencia.
S&P resaltó los beneficios para las finanzas gubernamentales a raíz de la aprobación de la reforma fiscal en 2018.
Fundamento de nota de Fitch
Fitch brindó varios indicadores que fundamentan la mejor nota de riesgo de Costa Rica. Por ejemplo, el superávit primario de 2,1% del PIB del Gobierno Central, en el 2022, el cual es el más alto desde el 2008. Además, que este resultado estuvo muy por encima del objetivo pactado con el FMI.
“La mejora del saldo fiscal refleja una sólida recaudación de impuestos, partidas puntuales de ingresos y un menor crecimiento del gasto. La adhesión del Gobierno a la regla fiscal, implementada por primera vez en el 2020, ha sido fundamental para la consolidación”, subrayó la calificadora.
Asimismo, destacó que el cambio de administración, de Carlos Alvarado a Rodrigo Chaves, no ha afectado el compromiso del país con los acuerdos pactados con el Fondo.
La disminución del endeudamiento del Gobierno Central como porcentaje de la producción acercan al país a una calificación de BB, en vez de la B en la cual estaba. La razón de deuda/PIB fue del 63,8% al cierre del 2022, desde el 68% del PIB en la cual estaba en el 2021.
Fitch espera que la trayectoria descendente de la deuda siga en los próximos cinco años, gracias en gran medida a un mejor superávit primario.
El otro elemento destacado es la disminución de las restricciones de financiamiento del Poder Ejecutivo, después de que la Asamblea Legislativa aprobara la colocación de $5.000 millones de deuda externa entre el 2023 y 2025.
También influye el acceso a créditos de apoyo presupuestario, como el otorgado por el FMI, por el mejor resultado financiero.
Problemas políticos
Uno de los aspectos que la agencia Fitch Ratings considera de riesgo para Costa Rica es que el estancamiento político continúa. Esto es en parte porque el Gobierno de Rodrigo Chaves cuenta con solo 10 diputados en el Congreso.
“La aprobación por parte del Congreso de las emisiones de bonos globales, si bien es positiva, puede no indicar una mejora más amplia en la relación entre el Poder Ejecutivo y la Asamblea Legislativa, y anticipamos desafíos significativos para que el Gobierno impulse su propia agenda”, afirmó Fitch.
La otra amenaza señalada es la descaleración del crecimiento global, la cual tendrá un impacto en la economía costarricense. La agencia prevé que la producción crezca un 2,5% en el 2023, desde la variación 4,3%, en el 2022; por el enfriamiento de la demanda externa de Estados Unidos, principal socio comercial de Costa Rica.
El Banco Central de Costa Rica (BCCR) proyectó en su Informe de Política Monetaria, presentado en enero pasado, que la economía nacional crecería 2,7%, este año, y 3,5% del PIB, en el 2024.
El traslado de operaciones de manufactura en especial médica, desde China a América, es un factor que puede favorecer al país, pero es posible que el fenómeno de nearshorig no se materialice en el corto plazo, según Fitch.
Momento idóneo
Para Nogui Acosta, jerarca de Hacienda, la mejora en la nota de riesgo dada por Fitch llega en un buen momento porque Costa Rica está apunto de vender bonos de deuda en el mercado internacional.
“Llega (la calificación de Fitch) en un buen momento, vamos al mercado internacional y vamos a poder obtener recursos a una buena tasa de interés que se va a reflejar en una menor presión de los intereses”, dijo Acosta.
El ministro agregó que mantienen el compromiso de mantener el rigor en las finanzas públicas para reducir el costo del pago de los intereses de la deuda en el Presupuesto Nacional, para redirigir recursos a inversión pública.
El ascenso de la calificación soberana de Costa Rica también originará una mejora en la nota de riesgo de empresas públicas, como el Instituto Costarricense de Electricidad, o los bancos con operación en el país, adelantó Acosta.
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Para los analistas bursátiles, Freddy Quesada, gerente de INS Valores; y Vidal Villalobos, asesor económico de Prival Bank, coincidieron que el cambio en la calificación del país será muy relevante en el proceso de venta de los eurobonos.
Quesada comentó que los bonos de deuda externa muestran, desde hace varias semanas, un rendimiento menor respecto a otros títulos de gobiernos latinoamericanos con una mejor calificación de riesgo.
En tanto, Villalobos consideró que la mejora en la calificación de Fitch, S&P y el comentario favorable dado por BofA Securities, una división de Bank of America, tendrá implicaciones en la valoración hecha por inversionistas internacionales para adquirir eurobonos.
Para este economista ya llegó el momento para que Hacienda coloque los nuevos títulos de deuda externa. Incluso consideró que los plazos de 10 años y 12 años serían los idóneos para Costa Rica, pues más largo plazo supondría pagar rendimientos altos por mucho tiempo.