Las calificadoras de riesgo internacionales, Fitch Ratings y Moody’s, recalcaron, este martes 8 de febrero, el compromiso con la sostenibilidad fiscal de Costa Rica que muestran los candidatos presidenciales José María Figueres y Rodrigo Chaves. Sin embargo, mencionaron eventuales problemas para el Gobierno en caso de retrasos por la renegociación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Así lo aseguraron por separado, a La Nación, Carlos Morales, director de Riesgo Soberano para América Latina de Fitch, y Gabriel Torres, analista principal de riesgo soberano de Moody’s para la región. Ambos coincidieron en que el principal desafío para quien sea electo presidente de Costa Rica, en la segunda vuelta, el próximo 3 de abril, será la aprobación de la agenda de estabilidad financiera.
“Nuestra perspectiva es que la próxima administración va a dar prioridad a la estabilidad del país, con una agenda enfocada a la inversión y el crecimiento económico. El principal desafío, sin embargo, será la implementación de la agenda económica manteniendo la estabilidad macroeconómica y continuando con la reducción del déficit fiscal”, destacó Morales.
Por su parte, Torres dijo que Figueres y Chaves representan una continuidad del proceso fiscal y de política económica. “Costa Rica tiene menos diferencias políticas respecto a otros países. En otras naciones, dependiendo quien gane, puede darse una gran diferencia. Por eso es que decimos que habrá continuidad respecto al Gobierno actual a nivel macroeconómico, lo cual es positivo”, recalcó.
El pasado 8 de enero, Moody’s mejoró la perspectiva de la calificación de riesgo de Costa Rica al pasarla de “negativa” a nivel “estable”, y reafirmó la nota actual de largo plazo en B2. En tanto, Fitch mantiene a Costa Rica una nota de riesgo de B con perspectiva negativa.
Ambas calificaciones implican que hay un considerable riesgo de impago si la situación financiera del emisor varía notablemente. Las calificaciones de riesgo de los países son tomadas en cuenta por inversionistas para exigir un mayor o menor rendimiento en las emisiones de deuda colocada por los países y empresas.
Riesgo de negociación
Ambos analistas soberanos señalaron que el próximo gobierno puede renegociar el pacto con el FMI. Sin embargo, un atraso en el proceso es un riesgo para Costa Rica, pues el margen para financiar el déficit fiscal y cumplir con el compromiso de pago de su deuda es estrecho.
“El compromiso por mejorar el balance fiscal del país es el componente esencial del programa con el FMI. El resultado será negativo si la renegociación con el Fondo resulta en un menor apetito por reducir el déficit fiscal resultando en mayor endeudamiento del Gobierno”, dijo el analista de Fitch.
Morales agregó que el Poder Ejecutivo logró financiarse, en el 2021, porque contó con recursos de organismos internacionales; pero para este año el escenario es otro. ”Menor confianza en la consolidación fiscal o cumplimiento con el programa del FMI pudieran revertir las tasas de interés en el mercado local y reducir la flexibilidad de financiamiento del gobierno”, afirmó el analista.
Para Gabriel Torres, de Moody’s, si la renegociación planteada por una administración de Figueres o Chaves no pone en riesgo la meta de reducción del endeudamiento público, el efecto no será de preocupación en los mercados internacionales.
“Si en algún modo el país corta con el Fondo, esperamos que eso no pase, sería muy negativo y llevaría a una crisis muy grande económica y financiera en Costa Rica porque no tiene alternativas de financiamiento. Si el programa avanza y se retrasan desembolsos del FMI, esto sería un problema pero el país tendría otras alternativas como organismos multilaterales”, consideró Torres.
El vocero de Moody’s agregó que, si por el atraso en las negociaciones, el déficit fiscal del Gobierno crece en el 2022, el mensaje a los mercados sería muy negativo. Para este año, la previsión del Ministerio de Hacienda es que el descalce sea equivalente al 4% del producto interno bruto (PIB), respecto al 5,18% de la producción, el año anterior.
“Nosotros cambiamos la perspectiva de negativa a estable. En el escenario que el país no continúe con la baja del déficit tendríamos que revisar eso porque Costa Rica tiene muy poco margen de maniobra en lo fiscal y de deuda”, comentó Torres.
El otro riesgo para el próximo Gobierno será en la Asamblea Legislativa porque ninguna agrupación obtuvo la mayoría simple, con lo cual dependerá de acuerdos políticos para la aprobación de la agenda del Fondo y su propias iniciativas.
“La reforma al empleo público, meta importante dentro del programa del FMI, y préstamos externos requieren una mayoría de dos tercios en la Asamblea para su aprobación. Por ende, la fragmentación seguirá siendo un riesgo importante”, dijo el analista de Fitch.
Sin embargo, el vocero de Moody’s sí consideró positivo que hayan menos agrupaciones políticas en la composición de la próxima Asamblea Legislativa, que de acuerdo con el dato más recienten de los resultados electorales (lunes 7 de febrero al mediodía), tendrá representación de seis partidos.