El Fondo Monetario Internacional (FMI) instó este jueves al Banco Central Europeo (BCE) a “relajar” su política monetaria y a rebajar los tipos de interés hasta dejarlos en torno al 2,5% a finales del tercer trimestre de 2025, con base en las perspectivas de desinflación.
“Una relajación monetaria continua y gradual permitiría mantener ancladas las expectativas de inflación y evitar una política monetaria demasiado restrictiva”, señala el informe del FMI sobre la economía europea que presentó la presidenta de la organización, Kristalina Georgieva, a los ministros de Economía de la eurozona, reunidos este jueves en Luxemburgo.
El texto señala que “las perspectivas de inflación pueden cambiar con el tiempo a medida que se disponga de más información”, lo que, a su vez, puede repercutir en “el curso adecuado de la política monetaria”, aunque admite que, “en última instancia, las decisiones se tomarán en función de la información disponible”.
El Consejo de Gobierno del BCE decidió el primer recorte de los tipos de interés en la eurozona desde 2019 el pasado 6 de junio, de forma que la tasa de referencia para sus operaciones de refinanciación se quedará en el 4,25%.
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La presidenta de la institución, Christine Lagarde avanzó que seguirá aplicando un enfoque dependiente de los datos y reunión por reunión, por lo que la entidad no se compromete por adelantado con ninguna senda de las tasas en el futuro, ya que aún faltan meses “difíciles” y el camino por delante estará “lleno de baches”.
Sin embargo, el comportamiento no es el mismo para todos los bancos centrales de países de Europa. El Banco de Inglaterra (BoE) mantuvo este jueves su principal tasa de interés en el 5,25% pese a que la inflación británica cayó al 2%, el objetivo que buscaba la institución, y en el contexto de las legislativas en el Reino Unido en julio.
El gobernador del banco central británica, Andrew Bailey, señaló que la institución monetaria debe “asegurarse de que la inflación se mantenga baja” antes de actuar sobre las tasas de interés, aún cuando la inflación volvió al objetivo del 2%.
Se trata de la séptima vez que el banco central británico mantiene sus tasas en este nivel, algo que podría cambiar en el contexto de una inflación que cayó en mayo al 2% interanual en el Reino Unido, por primera vez en tres años, según cifras oficiales publicadas el miércoles.