El Fondo Monetario Internacional (FMI) recomendó a empresas y países que eleven la diversificación del origen de sus importaciones como receta para amortiguar futuros shocks comerciales globales, según se desprende de su informe Perspectiva Económica Global publicado este martes 12 de abril.
En este sentido, el organismo multilateral consideró erróneo las políticas de generar cadenas de valor locales y nacionales, como respuesta a la pandemia.
“La resiliencia de la cadena de suministros contra los shocks está mejor construida al elevar la diversificación fuera del origen doméstico de los insumos y una mayor sustitución de estos insumos”, se detalla en el documento.
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La definición de diversificación que emplea el FMI tiene una serie de matices respecto a la habitual. Cuando el organismo se refiere a más diversificación apunta a los países de origen, no a los productos; a bienes y servicios intermedios, no finales; y al uso de insumos intermedios, no a su producción o exportación.
El FMI además cuantificó el impacto de estas medidas sobre el producto interior bruto (PIB) de los países. Por ejemplo, en el caso de que un país que es suministrador de insumos intermedios registre una caída de la fuerza laboral del 25%, una economía típica observaría un descenso de ocho décimas en su PIB en comparación con las estimaciones. En un escenario donde haya una gran diversificación, esta caída se reduce casi a la mitad: un 0,4%.
Lo mismo sucede con la sustitución de insumos, aunque de forma más abultada. Dada la misma situación de antes, el impacto en el resto de países se puede reducir en cuatro quintos en caso de que los bienes sean muy sustituibles entre sí.
Aunque la diversificación y sustitución de insumos es algo que compete casi en exclusiva a las empresas, el FMI ha recomendado a los gobiernos que tomen algunas medidas como aumentar la información disponible, reducir los costes comerciales, elevar la inversión en infraestructuras comerciales y digitales o reducir la incertidumbre de las políticas.