El Gobierno Central encara un nuevo episodio de reducción de la liquidez en colones a raíz de la combinación de una menor venta de títulos valores en el mercado local y un aumento en el gasto, especialmente, en el pago de intereses de la deuda.
El resultado es que los depósitos del Ministerio de Hacienda, en el Banco Central de Costa Rica (BCCR), alcanzan para hacer frente a egresos por 22 días. Sin embargo, en la primera mitad del 2022, eran suficientes para encarar gastos por dos meses, así lo confirmó Nogui Acosta, jerarca de la entidad.
La información de Hacienda muestra que, entre enero y la primer quincena de julio de este año, los recursos en moneda nacional oscilaron entre ¢300.000 millones y los ¢500.000 millones. Sin embargo, entre finales de julio y mediados de agosto, hubo una fuerte reducción y periodos en que solo había ¢22.000 millones disponibles en las cuentas del Poder Ejecutivo.
“El Gobierno recibió un flujo de caja bastante bien, había un plazo interesante de un mes a un mes y medio de flujo en negro. Nosotros tratamos de empujar el tema de los eurobonos lo más posible para poder acelerar (el ingreso) y no tener que subir tasas de captación. Hoy tenemos 22 días de flujo en negro en colones. En dólares ya lo arreglamos porque tenemos que hacer el prefondeo para los $1.000 millones de enero”, afirmó Acosta.
El jerarca añadió que en la entidad trabajan para garantizar los dólares del eurobono que vence a inicios del 2023, independientemente de si en el Congreso se aprueba a tiempo la colocación de nuevas emisiones en el extranjero.
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El Gobierno tiene depósitos en el BCCR en colones y dólares. En moneda nacional están compuestos por la recaudación de impuestos y por el dinero obtenido por la venta de títulos valores en colones. Dicha cuenta se comporta similar a una cuenta corriente de una persona o empresa, en la cual hay ingresos y salida de dinero según las necesidades.
En el caso de la cuenta en divisas, los recursos se generan por la colocación de bonos en moneda estadounidense, ingresos de créditos de externos y la compra de dólares por parte de Hacienda al Banco Central.
La información de la autoridad hacendaria muestra que el Gobierno pasó, en los últimos cincos años, por varios periodos de liquidez limitada en colones. El más complicado fue durante la crisis fiscal del 2018. Posteriormente, hubo otro en el periodo de mayores restricciones sanitarias por la pandemia de la covid-19, entre mediados del 2020 e inicios del 2021.
Origen de la reducción
La baja en los recursos en colones de Hacienda se dio por una disminución en la captación de bonos en el mercado interno. Entre enero y agosto de este año, la Tesorería Nacional vendió títulos por un monto de ¢1.180.596 millones, sin embargo, en el mismo periodo del 2021, el monto ascendió a ¢2.436.395 millones, es decir, la cifra se cayó a la mitad este año.
Acosta explicó que la disminución está asociada a que el Gobierno no estuvo dispuesto, en buena parte de este año, a elevar sus tasas de interés de captación en colones, tal como lo pedían los inversionistas, porque exigían intereses altos en bonos de largo plazo, cuando el fenómeno inflacionario es de mediano plazo.
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“El mercado empezó a pedirnos 400 puntos base más (en los títulos en moneda nacional) y no se los dimos y usamos los recursos de ahí (depósitos). No le puedo dar a los inversionistas la tasa exigida porque la tasa de política monetaria es de corto plazo, pero las captaciones de Hacienda son a largo plazo”, afirmó el jerarca.
Hacienda sí efectúo, a partir de agosto anterior, un ajuste al alza en las tasas de rendimiento de los títulos valores en colones de hasta 3,2 puntos porcentuales (p.p.), como respuesta del incremento de la tasa de política monetaria (TPM), del Banco Central, que pasó de 1,25%, en enero pasado, a 7,50% a finales de julio.
Para el economista Daniel Ortiz, director ejecutivo de Consejeros Económicos y Financieros (Cefsa), es probable que la liquidez de Hacienda se eleve por el pago parcial del impuesto sobre la renta, este mes de setiembre; y por el aumento en las tasas de interés de captación pues llevaron los rendimientos a terreno positivo en términos reales.
“En las subastas no han estado captando mal desde el ajuste hecho en algunos títulos de largo plazo. Para el segundo semestre no se esperaría mayores complicaciones en el caso de los vencimientos de deuda”, comentó el especialista.
Mayores gastos
Del lado de los egresos, la presión se explica, principalmente, en el pago de intereses de la deuda. Dicho rubro ascendió, al primer semestre de este año, a ¢1.011.144 millones. Este es el monto más elevado en los últimos 17 años y equivale al 2,3% del producto interno bruto (PIB).
Además, entre este mes de setiembre y diciembre, Hacienda enfrentará vencimientos por ¢524.521 millones, a lo cual debe añadirse el gasto ordinario de diciembre que se eleva por el pago de aguinaldos en el Gobierno Central y las pensiones con cargo al Presupuesto Nacional.
La presión del servicio de la deuda continuará en el 2023, pues el 47% del Presupuesto Nacional se destinará para el pago de amortizaciones e intereses, según el reciente proyecto de previsión de ingresos para el próximo año.
Liquidez en dólares
A diferencia de los colones, el Gobierno logró un incremento en los recursos disponibles a raíz del ingreso de créditos externos de apoyo presupuestario. El saldo de los depósitos en dólares pasó de $310 millones, a mediados de julio anterior, a $812 millones un mes después, según datos de Hacienda.
En dicho periodo, Hacienda recibió $300 millones del crédito de apoyo presupuestario del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF). Además, en agosto anterior, la Tesorería vendió $557 millones en bonos de deuda, después de que se elevaran los rendimientos en 1,5 puntos, en promedio.
“La consecuencia de no poder salir al mercado internacional, para obtener los recursos del pago del eurobono, es el impacto que tendremos que hacer (en el mercado). Tengo que ir a recoger el dinero porque tengo que tener esa plata ($1.000 millones) en diciembre, para pagar en enero”, recalcó Acosta.
Según el ministro, en el Congreso hay una aceptación de que se requieren $6.000 millones en eurobonos para enfrentar las obligaciones en el pago de deuda de los próximos años.