La guerra de Rusia contra Ucrania desató una reacción en cadena en la economía global, haciendo subir los precios de la energía y los alimentos, lo cual agravará la pobreza, el hambre y el endeudamiento, alertó el Banco Mundial este martes 12 de abril.
Ante estas “crisis superpuestas”, el presidente del Banco Mundial, David Malpass, exhortó a los países más desarrollados a mantener los mercados abiertos y revertir las políticas que concentran la riqueza.
La guerra estalló justo cuando la economía mundial intentaba recuperarse de la pandemia de covid-19, y los nuevos confinamientos en China añadieron incertidumbre a la situación, declaró el presidente de la institución durante un discurso en la capital de Polonia.
“Nunca antes tantos países habían experimentado una recesión a la vez, sufriendo la pérdida de capital, empleo y medios de vida. Al mismo tiempo, la inflación continúa acelerándose”, afirmó Malpass durante una conferencia en la Escuela de Economía de Varsovia, transmitida virtualmente.
Malpass hizo estas declaraciones antes de las reuniones de la próxima semana del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI) y volvió a comprometerse a ayudar a Ucrania a reconstruirse después de la guerra. Las dos instituciones mundiales han ofrecido rápidamente ayuda al país europeo y el Banco Mundial está movilizando $3.000 millones en financiamiento.
Penuria repentina
Más allá de la crisis humanitaria provocada por la guerra, que generó una avalancha de cuatro millones de refugiados que huyen a países vecinos como Polonia, “las restricciones y las interrupciones en el suministro han alimentado los aumentos de precios y empeorado la desigualdad en todo el mundo”.
Ucrania es un importante productor de cereales mientras que Rusia produce energía y fertilizantes, y la guerra “crea una escasez repentina de energía, fertilizantes y alimentos, poniendo a unas personas en contra de otras y contra sus gobiernos”, señaló.
Una “sequía intensa” en Sudamérica empeora la situación alimentaria y muchos países sufren una “crisis de precios de los alimentos. Por cada aumento de un punto porcentual en los precios de los alimentos se espera que 10 millones de personas caigan en la pobreza extrema”, afirmó, y advirtió que aumentará “la desnutrición”, destacó.
El 16% de los países en desarrollo ya se enfrenta a una crisis de precios de los alimentos, y el número aumentará aún más en los próximos meses”, vaticinó Malpass.
Menor comercio
Por otra parte, las perspectivas para la economía mundial “se han ensombrecido” desde el estallido de la guerra por lo que la Organización Mundial del Comercio (OMC) revisó a la baja su estimación de crecimiento del producto interno bruto (PIB) y del volumen del comercio mundial de mercancías.
De este modo, la OMC prevé ahora un crecimiento del volumen del comercio de mercancías del 3% en 2022, frente al 4,7% previsto anteriormente, y del 3,4% en 2023, aunque advierte de que estas estimaciones son más inciertas de lo habitual debido al carácter fluido del conflicto. En 2021, el crecimiento del comercio mundial alcanzó el 9,8%.
En cuanto al PIB mundial, la OMC espera un incremento del 2,8% este año, frente al anterior pronóstico del 4,1%, tras un aumento del 5,7% en 2021. El crecimiento de la producción repuntaría hasta alcanzar el 3,2% en 2023.
“La guerra en Ucrania ha causado un inmenso sufrimiento humano, pero también ha perjudicado a la economía mundial en un momento crítico”, dijo la directora general, Ngozi Okonjo-Iweala, para quien “no es el momento de encerrarnos en nosotros mismos”.
En su análisis, la OMC señala que la repercusión económica más inmediata de la crisis ha sido un acusado incremento de los precios de los productos básicos, ya que Rusia y Ucrania son proveedores clave de alimentos y energía, cuyo suministro se ve actualmente amenazado por la guerra.