El Ministerio de Hacienda prepara un proyecto de ley para homologar el tratamiento tributario de inversionistas extranjeros y nacionales que adquieran bonos del Gobierno, entre otras medidas, para incentivar a los foráneos a comprar valores de deuda interna costarricenses, en colones o dólares.
El ministro de Hacienda, Elian Villegas, considera que esta es una de las vías por las cuales se puede obtener recursos para cubrir el financiamiento del Gobierno para el 2021, equivalente al 15,7% de la producción, el cual es alto si se compara con el promedio de 10,6% de los últimos 11 años.
El mecanismo toma más importancia ahora que la Asamblea Legislativa no aprobó dos créditos del Banco Interamericano de Desarrollo (uno por $265 millones, expediente 22.132 y otro por $250 millones, expediente 22.131) que estaban previstos para financiar el 2020, pero que como se atrasaron servían para cubrir parte de las necesidades del 2021. Ante este panorama, dijo el ministro, el camino que queda es restringir muy severamente el gasto. Aun así así se requerirán importantes recursos el próximo año.
Cambios legales requeridos
El viceministro de Hacienda, encargado de ingresos, Isaac Castro, detalló que se requieren cambios normativos en la Ley de Administración Financiera de la República y Presupuestos Públicos (la número 8.131), en la Ley Reguladora del Mercado de Valores (7.732), a los reglamentos de dichas leyes, así como la legislación correspondiente al tratamiento tributario de los inversores no residentes, para homologar tratamiento a titulares residentes. Además, deben valorarse acuerdos de doble imposición.
“Los cambios básicos son modificar atribuciones establecidas para dependencias del Ministerio de Hacienda conforme a la Ley 8.131. En la Ley 7.732 modificaciones sobre mecanismos de colocación, compensación y liquidación de valores. Será un solo proyecto con los cambios a las leyes relacionadas”, indicó Castro.
Respecto al tratamiento tributario, Castro comentó que la homologación consistiría en que un no residente tenga el mismo tratamiento tributario del residente.
“Hoy un no residente en su calidad de inversor enfrenta un tratamiento tributario por las rentas de capital y las ganancias y pérdidas de capital, y otro tratamiento por las remesas al exterior. Mientras que un inversor residente solo impuesto sobre las rentas de capital y las ganancias y pérdidas de capital”, detalló Castro.
Los inversionistas extranjeros en Costa Rica actualmente afrontan tres impuestos: 15% de rentas del capital, eso es sobre los rendimientos; 15% sobre ganancias o pérdidas de capital por la variación en los precios de los bonos, si transan los valores, por ejemplo, si lo compró a un precio y lo vendió a uno mayor obtienen una ganancia sobre la cual tributa y 15% de remesas al exterior si se lleva los intereses del país, según explicó Carla Coghi, socia directora para Centroamérica y República Dominicana de Deloitte.
Los dos primeros impuestos son iguales para inversionistas locales o extranjeros, detalló Coghi.
Además, José Rafael Brenes, director general de la Bolsa Nacional de Valores, comentó que actualmente los inversionistas internacionales pueden participar en el mercado local, pero deben hacerlo a través de un intermediario que liquide esas operaciones.
Diferencia con los contratos de colocación
En noviembre del 2018, en medio de la anterior crisis fiscal, el Ministerio de Hacienda había utilizado un instrumento similar llamado contrato de colocación, con lo cual recaudó $600 millones.
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El contrato de colocación es una figura de captación de recursos que permite vender bonos en el mercado interno, donde participan puestos de bolsa y bancos locales, con las reglas del mercado de valores local, aunque los inversionistas finales pueden ser extranjeros. El monto mínimo para participar en el 2018 fue de $100 millones.
Se consultó a Castro sobre diferencia legal de la figura actual con los contratos de colocación.
“No hay diferencia, por el contrario, se pretende mejorar la gestión administrativa que se abrió con los contratos de colocación y aumentar las posibilidades para aumentar los mecanismos de colocación y distribución de valores desde la jurisdicción costarricense”, dijo Castro.
Para la analista Julia González, quien tiene experiencia con inversionistas extranjeros, explicó que para atraer esos ahorrantes la parte tributaria debe estar muy clara, de tal manera que permita comparar. También hay que considerar que hay otras alternativas incluyendo la misma deuda externa de Costa Rica comprada en el exterior que compite con estas inversiones.
Ventajas y desventajas de la figura
En una entrevista realizada el 17 de noviembre pasado, Villegas explicó algunas de las ventajas que le ven en la figura.
De acuerdo con Villegas, no solo se traerían recursos al país, sino que también se le daría profundidad al mercado financiero.
“A nosotros nos interesa que ellos nos ayuden en las emisiones regulares, porque le dan profundidad, forman precio, y además es un inversionista al que si hoy compró a 100 y mañana está a 101 le va a interesar vender, y en la medida que ese inversionista venga y active el mercado secundario (donde los valores se negocian por segunda o más veces) no solo nos ayuda a traer dinero fresco sino que nos ayuda a tener un mercado más profundo”, dijo Villegas.
De acuerdo con el ministro, con esta figura podría venir un banco de Estados Unidos a comprar deuda acá o fondos de pensión de cualquier parte del mundo.
El Ministro que por ejemplo, en ese momento, en Alemania, para algunos plazos el inversionista le tiene que pagar al banco, pues el Gobierno Alemán paga una tasa negativa.
“Entonces fondos de inversión de esos países que vengan a invertir acá una cifra muy baja de lo que es propiamente su activo, piense en montos que sean inferiores al cuarto del 1%, pero son fondos muy grandes que perfectamente pueden utilizar un activo de un país como el nuestro para incrementar un poquito su rendimiento”, explicó Villegas.
No obstante, dos analistas consultados comentaron que también esta figura tiene sus riesgos.
“El recurso podría ser de ayuda, pero claramente no es la solución al problema fiscal y podría causar un desacomodo en el mercado de deuda local, ya que los inversionistas internacionales tienen una percepción de riesgo diferente a la de los locales y podrían tomar la decisión posterior de salir de manera desordenada del mercado”, consideró Brenes.
Carlos Morales, director de calificaciones soberanas de América Latina en Fitch Ratings, también consideró que esto también conlleva diferentes riesgos, por ejemplo, en otros países donde se ve un alto índice de inversionistas extranjeros en el mercado local, estos tienden a tener mayor volatilidad, sobre todo en episodios de crisis o de incertidumbre económica lo cual podría agravar situaciones de crisis en estos países.
“Por ejemplo, el caso de México en los noventas es un claro ejemplo de que una crisis económica se agrava debido a la alta volatilidad de este tipo de financiamiento”.
Consultado sobe la figura, el exministro de Hacienda, Francisco de Paula Gutiérrez, dijo que preferiría que los bonos que venda el Gobierno mediante este mecanismo sean en colones, con una tasa de interés mayor, pero que el riesgo cambiario lo asuman los extranjeros.