Inteligencia artificial atrae los reflectores en la penúltima jornada del Foro Económico Mundial 2024

Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, creadora de ChatGPT, definió la IA “general” como una tecnología que estará operativa en programas “más inteligentes que los humanos en general” y planteó varias preguntas sin respuesta en su participación

El jerarca de OpenAI señaló que comprende la ansiedad que genera esta tecnología, y destacó que la sociedad debe enfrentar con precaución los desafíos de la IA, manteniendo altos valores; y planteó la duda de quién será la entidad encargada de definir dichos valores.

La idea de una IA general fue popularizada por la startup californiana OpenAI, que tomó al mundo por sorpresa a finales del 2022 con el lanzamiento de ChatGPT, el conocido chatbot de IA generativa, un modelo de lenguaje de gran escala.

Nick Clegg, jefe de asuntos internacionales de Meta, señaló que no hay consenso sobre qué significa exactamente IA general.

La empresa dueña de Facebook declaró que trabaja en la llamada IA “general”, refiriéndose a sistemas informáticos dotados de capacidades cognitivas humanas.

El auge de la IA generativa el año pasado provocó una intensa competencia entre gigantes tecnológicos como Microsoft, Google y Meta, todos en busca de atraer a los mejores ingenieros. Aunque esta tecnología despierta entusiasmo, también suscita preocupaciones sobre la pérdida de empleos y posibles usos malintencionados.

Albert Bourla, director ejecutivo de Pfizer, destacó, en un debate en Davos, que la IA impulsa un “renacimiento científico” al acelerar investigaciones y obtener resultados más rápidos en las ciencias de la vida.

Bourla explicó que la inteligencia artificial transforma la biofarmacéutica al cambiar el enfoque de descubrimiento de fármacos al diseño de estos, gracias a algoritmos que permiten sintetizar moléculas con mayor probabilidad de éxito.

Multimillonarios abogan por mayores impuestos

En otro de los puntos llamativos de este jueves en Davos, más de 250 multimillonarios y millonarios presentes firmaron una carta abierta titulada Proud to Pay More (orgulloso de pagar más), instando a los líderes políticos a aumentar los impuestos a los “ultrarricos”, para combatir la desigualdad.

Figuras como Abigail Disney y Valerie Rockefeller solicitaron que les hicieran tributar más a las personas ricas de la sociedad, y argumentaron que esta contribución adicional no afectará significativamente su calidad de vida y beneficiará a la sociedad al utilizar la riqueza de manera más equitativa.

Además, señalaron que se pondrá al servicio de un “futuro democrático en común” una riqueza “excesiva e improductiva” en forma de inversiones.