Londres. La agencia de calificación Fitch rebajó el miércoles la nota de Reino Unido de “estable” a “negativa”, como hiciera recientemente S&P, tras los recortes fiscales anunciados por Londres el 23 de septiembre.
Estas medidas, adoptadas para promover el crecimiento económico, “podrían dar lugar a un aumento significativo de los déficits presupuestarios a medio plazo”, afirmó Fitch en su comunicado. “Consideramos que las declaraciones del Canciller (ministro de finanzas) insinuando la posibilidad de recortes fiscales adicionales y la probable modificación de las normas fiscales legisladas en enero reducen la previsibilidad de la política fiscal”.
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La primera ministra británica, Liz Truss, prometió el miércoles dirigir Reino Unido hacia el crecimiento al clausurar la tumultuosa conferencia anual de su partido conservador en el poder, con una defensa a ultranza de su polémico plan económico.
Un mes después de suceder a Boris Johnson, la nueva líder conservadora se puso en contra de los mercados financieros, los votantes y destacadas personalidades en su propio partido con un programa de recortes fiscales que incrementará la ya muy abultada deuda pública.
Bajo la presión del partido, Truss y su ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, tuvieron que abandonar el lunes una muy polémica abolición del tramo máximo impositivo, del 45%, para la rentas superiores a 150.000 libras ($170.000) anuales, acusada de favorecer a los ricos cuando muchos británicos se hunden en la pobreza.
En la clausura del congreso Truss volvió a defender su plan de choque ultraliberal para reactivar una economía británica amenazada de recesión y sumida en una inflación galopante que pone a muchas familias en dificultades. El hecho de no haber concretado su plan económico no logró calmar a los mercados, que reaccionaron con una brusca caída de la libra esterlina, con una pérdida de 2,01% frente al dólar, alcanzando un mínimo de $1,1241 tras su discurso.
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