Las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China no afectan las relaciones comerciales de Costa Rica con ambos países, según Manuel Tovar, jerarca del Ministerio de Comercio Exterior (Comex). Asegura, además, que el país continuará diversificando los destinos de exportación y los orígenes de la inversión extranjera directa (IED).
En una entrevista con La Nación, Tovar también se refirió a la apreciación del tipo de cambio, calificándola como una situación coyuntural. Además, destacó el interés prioritario que tiene el país para avanzar en la integración al tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, conocido como T-MEC.
— Estados Unidos y China siguen arreciando sus controversias geopolíticas. ¿Existe una estrategia como país para evitar quedar atrapados en esta disputa y sufrir repercusiones?
No se trata de elegir entre un mercado u otro, ni siquiera Estados Unidos está deteniendo su comercio con China. Algunas medidas anunciadas por la Casa Blanca relacionadas con los vehículos eléctricos podrían aumentar las tensiones, y estamos viendo hacia dónde nos dirigimos. Es imposible desvincularse del mercado chino, ya que importamos mucho de China, incluso antes del TLC. Lo que he dicho es que la relación con China da para más, tal vez por el lado de exportaciones.
“Por el lado de la inversión extranjera directa, claramente da para más, la inversión china en zonas francas aquí es muy limitada. En comercio, exportamos 2,6% del total de nuestras exportaciones, es el octavo o noveno mercado. Quizás la propuesta de valor de Costa Rica no atiende los intereses ofensivos de China, en el sentido positivo de la palabra. No vendemos cobre, litio, acero, hierro, petróleo, commodities que son de importancia para ellos en sus procesos intensivos de manufactura, no tenemos eso. Nuestra propuesta de valor quizás está enfocada hacia otros mercados como Estados Unidos y Europa, como dispositivos médicos, semiconductores y servicios. (Con China) siempre hay un margen de crecimiento, ¿da para más?, siempre”.
— ¿Esto no genera ruido en la relación comercial con Estados Unidos?
No. Con China tenemos una relación comercial que ahí va, los datos de exportación del año pasado reflejan un crecimiento importante. Hay quienes han querido vincular una decisión de política pública adoptada por este gobierno en materia de telecomunicaciones con la relación comercial. De momento no podemos divisar ninguna afectación al comercio, seguimos haciendo negocios con China, el hecho de que hagamos negocios con Estados Unidos o con Europa no significa que va todo a dichos mercados, claramente buscamos otros destinos.
“Diversificar es una forma de mitigar riesgos. Estamos estamos apuntando las baterías hacia nuevos mercados, pero por supuesto, Estados Unidos seguirá siendo nuestro mercado preferente, por razones lógicas de proximidad, de conexión de las cadenas de suministro, pero sí hay que diversificar, porque si a la economía norteamericana pilla un catarro, a nosotros nos da pulmonía”.
— Durante este año se ha notado una desaceleración en las exportaciones. ¿Cuál es la causa?
— El comercio exterior está altamente expuesto a las tensiones en los mercados y la geopolítica. Las exportaciones de bienes crecieron un 15% y las de servicios aumentaron un 14%, a pesar de un entorno internacional complejo que puede traer mayores tensiones a un mercado internacional que nunca está exento de riesgos. A esto se suman las afectaciones por el cambio climático en el Canal de Panamá y situaciones coyunturales como el tipo de cambio, que ha incidido en algunos sectores de la economía.
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“La crisis siempre será parte del comercio internacional; siempre estaremos expuestos. Estuvimos con el problema de los contenedores por la covid-19 y no sabemos cuál será la siguiente. Espero que para julio tengamos los primeros datos de exportaciones para evaluar el comportamiento. En el primer trimestre, las exportaciones de bienes siguen aumentando. Sin embargo, el tipo de cambio ha afectado a algunos sectores más que a otros, como el de flores y follajes, que es uno de los más golpeados, y el sector metalmecánico, especialmente acero y hierro. Vemos con moderado optimismo las expectativas y resultados para finales de año”.
— Mencionó el tipo de cambio. En enero, usted remitió una carta al Banco Central y solicitó medidas urgentes. Luego, el vicepresidente Stephan Brunner dijo que algunas empresas exportadoras deberían reconsiderar su actividad. ¿Ha dejado el gobierno solos a los exportadores?
— No hemos dejado solos a los exportadores; es importante entender que esta es una situación coyuntural. Ya quisiera desde el Ejecutivo dictarle al Banco Central la política monetaria, pero no podemos, no es nuestro mandato de ley, hay una autonomía otorgada al Banco Central y no le corresponde al Ejecutivo definir la política monetaria. En mi calidad de presidente de la junta directiva de Procomer, envié una nota a la Junta Directiva del Banco Central, y acciones similares realizaron los ministros del MAG y del ICT, señalando las inquietudes de diferentes sectores de la economía por la situación del tipo de cambio. Se habla de llegar a un tipo de cambio neutro, pero eso es algo ambiguo: ¿qué es el tipo de cambio neutro y para quién?
“El mensaje que queríamos trasladar al Banco Central es que los operadores económicos, en sus exportaciones y diferentes actividades, deben realizar proyecciones de gastos. Una volatilidad (del tipo de cambio), ya sea hacia arriba o hacia abajo, genera incertidumbre y el incremento de los costos de operación. Nosotros apoyamos al sector exportador con todas nuestras facultades para atender los retos estructurales, no coyunturales como el tipo de cambio”.
— ¿Qué respuesta obtuvo del Banco Central a la nota que usted envió?
— Emitieron una respuesta general, igual que a los demás ministros. Invocan, entre otras cosas, que el comportamiento del tipo de cambio se refleja según las actitudes del mercado. Han tomado acciones para reducir las tasas; ha habido un incremento (del tipo de cambio) y luego un descenso, hay una tendencia al alza, quizás no la que desean los exportadores. Habría que dar espacio para ver cómo se refleja esto en un plazo más sostenido.
— ¿Cuáles acuerdos comerciales están en agenda durante este año?
— Tenemos una política comercial muy agresiva. Se concluyeron negociaciones con Ecuador y los Emiratos Árabes Unidos; ambos acuerdos ya están firmados. El acuerdo con Ecuador ya está en la corriente legislativa, y el de los Emiratos Árabes Unidos se remitirá pronto. Hemos solicitado incorporarnos al Acuerdo Transpacífico, conocido como CPTPP, que incluye a 12 de las economías más dinámicas del mundo. Además, reactivamos el interés en incorpora a la Alianza del Pacífico.
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— ¿Qué estatus tiene el proceso de incorporación al T-MEC?
— Seguimos alzando la voz que Costa Rica tiene una silla en el T-MEC. Norteamérica es el 48% del mercado de Costa Rica, casi la mitad de las exportaciones. El país cambió mucho desde que negociamos el Cafta hace casi 20 años. Nos convertimos en economía OCDE, estamos apuntando a los semiconductores, queremos tener los más altos estándares en materia laboral y ambiental.
“Por eso aspiramos al T-MEC. Hay avances importantes. Hay una iniciativa en la corriente legislativa estadounidense, denominada Americas Act, que habla de la expansión del T-MEC y se menciona a Costa Rica como socio potencial. Si hay una economía que está lista para sumarse, es la costarricense”.