Moody’s instó a Costa Rica a realizar un ajuste fiscal significativo debido a que el país aún mantiene un alto nivel de endeudamiento y el Gobierno todavía enfrenta una liquidez relativamente ajustada para cumplir con sus compromisos.
La agencia estadounidense recalcó que se requiere garantizar plenamente la sostenibilidad fiscal, para lo cual se necesita la aprobación de reformas legales, en el Congreso, y un compromiso continuo con los objetivos pactados con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Así se detalló en una actualización de la opinión crediticia del país, publicada el 13 de diciembre, en la cual la calificadora mantuvo la nota de riesgo de B2, con perspectiva estable.
La empresa emitió el comunicado debido a un leve cambio metodológico implementado para calificar la deuda soberana de los países.
La calificación de riesgo B2 significa que las emisiones de Costa Rica son clasificadas como especulativas y que el país es de alto riesgo crediticio.
“Esperamos que el Gobierno enfrente con una liquidez fiscal muy limitada hasta que pueda obtener financiamiento adicional de fuentes oficiales a lo largo del 2023″, argumentó Moody’s en su opinión.
La agencia reiteró que espera el cumplimiento del país del pago de $1.000 millones del eurobono que vence el 23 de enero próximo, pero recalcó que aún no está garantizada la totalidad de los recursos, a pesar del giro de $270 millones y la aprobación de los $725 millones de la nueva Facilidad de Resiliencia y Sostenibilidad (RSF).
“Los últimos datos disponibles del Ministerio de Hacienda, del 15 de noviembre del 2022, indican que el Ejecutivo tenía poco más de $500 millones en depósitos en el Banco Central, pero los funcionarios del gobierno confirmaron a principios de diciembre que los activos reservados para redimir el próximo vencimiento de bonos externos asciende a $750 millones”, se reseña en el documento difundido al mercado internacional.
Los cambios metodológicos incorporados por la agencia están vinculados con la forma en calcular la fortaleza económica; las instituciones de un país y su gobernanza; la fortaleza fiscal, así como la susceptibilidad de un país a enfrentar los riesgos.
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Análisis específico
Al evaluar al país, según los cambios metodológicos hechos, Costa Rica obtiene la peor puntuación en la fortaleza fiscal, pero compensa en otras en las cuales obtiene una calificación de país con grado de inversión.
En el caso específico del tema fiscal, la nota obtenida es de Caa2, que se da a las naciones de mala reputación y se asignó porque Costa Rica tiene un gran déficit público, una alta carga de deuda y restricciones crediticias para financiarse como consecuencia de la falta de acuerdo político.
Dicha calificación no se estableció así porque el país no sea sujeto de crédito externo.
En contraste, Costa Rica obtiene una calificación de Baa2 en la categoría de fortaleza económica. Dicha nota se considera de grado intermedio y se otorga a los países con grado de inversión; es decir, riesgo crediticio moderado.
Moody’s consideró que la economía del país es relativamente diversificada, con niveles de riqueza moderada y un crecimiento estable. Por ejemplo, se destaca que el producto interno bruto per capita es de $22.562, muy por encima de la media de los países con nota B, en los que el monto es de $8.585.
La otra área en la que el país obtuvo una muy buena calificación, de A (grado intermedio-alto), fue en el riesgo político interno. “El riesgo de transición política no es un determinante clave de la calificación de Costa Rica, dada la solidez y madurez de sus instituciones”, destacó la agencia.
Sin embargo, la incapacidad política para introducir cambios de política pesa sobre el perfil crediticio soberano, se destacó.