Costa Rica encuentra ventajas con la nueva tendencia de la inversión global denominada nearshoring, fortalecida como consecuencia del impacto del nuevo coronavirus, y la cual promueve la ubicación de operaciones extraterritoriales más cerca de los establecimientos centrales.
Esta nueva tendencia se une a fortalezas como la capacidad de su talento humano y la zona horaria, entre otros aspectos importantes, para la toma de decisión de las compañías que deseen efectuar estos movimientos, consideró el director general de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde), Jorge Sequeira.
La exministra de Comercio Exterior (Comex), Anabel González, también destacó cómo la nueva tendencia puede ser beneficiosa para el país.
“Estrategias de diversificación de nuevos sitios de inversión y de nuevos suplidores cobran en este momento especial importancia. El objetivo es desarrollar una mayor resiliencia para poder estar en mejor capacidad de responder a eventos extraordinarios como puede ser una pandemia, desastres naturales u otros”, declaró González a La Nación.
Ella recordó que la otra tendencia, aplicada por algunos países avanzados es el reshoring, la cual impulsa regresar la producción a su nación de origen o la nacionalización de las cadenas de suministro.
Esta última tendencia, añadió la exministra, podría más bien debilitar la capacidad de enfrentar eventos extraordinarios pues tienden a concentrar la producción, según la evidencia.
En una reciente publicación de la empresa de investigación de mercados Oxford Bussines Group, se destaca que la deslocalización cercana (nearshoring), constituye una solución intermedia para las empresas, que ofrece ventajas potenciales en relación con la deslocalización tradicional.
Entre ellas, figuran: menos diferencias culturales, lingüísticas y de zonas horarias; mayor participación en la toma de decisiones del día a día; reducción de los gastos de viaje; mayor armonización reglamentaria; y menos riesgos en cuanto a la propiedad intelectual, acotó esta firma de consultoría.
Para Costa Rica será muy relevantes también el tema de las reinversiones, tanto que representan cerca del 70% del total atraído al país cada año, según las estadísticas de Cinde.
En Costa Rica, recordó Cinde, las cifras para el primer trimestre del Banco Central de Costa Rica (BCCR) muestran una disminución del 22% de los flujos de Inversión de Extranjera Directa (IED).
Los datos extraídos de los informes del BCCR indican que en los tres primeros meses del 2019 lograron $651,7 millones en IED, mientras que entre enero y marzo de este año la suma ascendió a $502,4 millones. En ese lapso del año, la pandemia ya tenía un impacto en diferentes regiones del planeta.
Las opiniones de González y Sequeira se solicitaron en un contexto donde las proyecciones apuntan a una disminución en la IED global de entre -40% y -30%, y de entre -55% y -40% para Latinoamérica, según un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, por sus siglas en inglés), a julio de este año.
En Costa Rica, recordó Cinde, las cifras para el primer cuatrimestre (enero-abril) del Banco Central muestran una disminución del 22% de los flujos de IED. Empero, todavía es muy prematuro para estimar un resultado al final de ese 2020 y en el 2021, aseguró Sequeira.
Estrategia a seguir
González aconsejó aplicar una estrategia de enfoque paralelo en esta época de dificultades en la atracción de IED.
Por un lado, explicó, se deberían identificar nuevas áreas de oportunidad, ya sea en sectores y subsectores de rápido crecimiento (por ejemplo, las tecnologías digitales, la biotecnología, etc.), y nuevas empresas con alto potencial de crecimiento y diversificación, sobre todo en búsqueda de opciones cercanas de producción.
Por el otro lado, continuó la exministra, se debería trabajar muy de cerca con las empresas establecidas para lograr reinversiones y expansiones.
“En un contexto de incertidumbre, Costa Rica debería presentarse como un socio abierto y confiable que brinda una plataforma competitiva, sostenible y de alta calidad, para acceder a los mercados globales”, enfatizó González.
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En este sentido, y según Sequeira, el país, en los últimos años, ha demostrado su capacidad para trabajar en lo que se llama la triple hélice: planeta, prosperidad y personas. “Somos un país cada vez más comprometido con la sostenibilidad, el desarrollo en la industria 4.0 y la capacitación del talento humano de manera que se ajuste a las tendencias del mercado global”, especificó.
En lo relativo a las reinversiones, su sostenimiento y continuidad depende de varios factores, señaló el director general de Cinde. Mencionó, entre ellos, garantizar condiciones de competitividad que se adapten a las necesidades de las empresas, tales como: talento humano multilingüe y con las habilidades que la industria requiere en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, por sus siglas en inglés).
Añadió a esas condiciones la mejora en el costo de la energía eléctrica, facilitación de trámites, mejora constante en la infraestructura tecnológica y física del país, estabilidad jurídica al Régimen de Zona Franca y mantener la estabilidad económica y social del país.
Para Sequeira, las inversiones y expansiones anunciadas por empresas en Costa Rica en los últimos meses se deben a que han visto buenos resultados de sus sedes locales, lo cual les ha permitido continuar con su estrategia de negocio, aun teniendo en cuenta la situación actual.
“Costa Rica logró garantizar, gracias a su robusta plataforma tecnológica y la recién actualizada legislación en materia laboral, la continuidad de los negocios de manera virtualizada. Muchas empresas nos han brindado comentarios positivos de cómo el país se consolidó como ese socio estratégico en momentos críticos”, dijo Sequeira.