El aumento que presenta el precio internacional del petróleo ya se siente en el país y si continúan, el Banco Central estima que tendrá efectos en el tipo de cambio, en los precios locales, las expectativas de inflación.
Por esta razón la entidad dejó en claro que también ajustará las tasas de interés, si se requiere.
Ya el 4 de mayo pasado se registró un incremento en el precio de los combustibles en Costa Rica, y este 11 de mayo, la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) presentó una nueva solicitud de alza a la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep), debido al encarecimiento externo del producto.
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“El incremento sostenido del precio del petróleo y los combustibles en el mercado internacional, como consecuencia de la tensión política en Medio Oriente, la caída de inventarios en Estados Unidos y el retiro de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán, influyen en el mercado nacional”, explicó Recope en el comunicado de solicitud de aumento.
Ennio Rodríguez, presidente del Colegio en Ciencias Económicas, adicionó a estos factores la caída de la producción de petróleo en Venezuela; que ya no hay exceso de oferta en el mundo y las negociaciones de Rusia con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Hasta el 11 de mayo, el precio del petróleo, tipo WTI, ronda los $71, con lo cual se alcanzan los valores más altos desde finales del 2014.
Rodríguez comentó que Estados Unidos podría aumentar la producción, pero le llevará tiempo, por lo que se podría esperar que los precios sigan al alza. Añadió que algunos analistas prevén que los precios ronden entre $90 y $100 hacia finales de este semestre.
El primer efecto que sienten los costarricenses es el incremento en los precios de los combustibles, pues cada segundo viernes de mes se presentan a la Aresep los estudios extraordinarios de precios para alinear el precio de venta con esos cambios en el mercado internacional, explicó Recope en una respuesta escrita.
Para ello se utiliza el promedio de los precios de los 15 días anteriores a la presentación del estudio.
Estos aumentos golpean los costos de producción de muchas empresas que producen otros bienes y servicios.
De acuerdo con el estudio que realizó el Banco Central con la matriz insumo producto, que detalla los insumos que requiere cada empresa de otras para producir, entre las industrias donde el combustible es un insumo muy importante, se encuentran el transporte, la electricidad, los minerales no metálicos, el vidrio, el arroz y el cemento, entre otros.
Además, los combustibles tienen un peso importante dentro del índice de precios al consumidor. La gasolina, por ejemplo, pesa un 1,25% y el diésel un 0,09%. La energía eléctrica, que en parte utiliza como insumo el combustible, tiene un peso de 4,28%. El peso de los 315 bienes y servicios suma 100%.
A su vez, el índice de precios al consumidor se utiliza para la definición de tarifas de otros servicios públicos, el impuesto a los combustibles y los salarios.
¿Qué dice el Banco Central?
Eduardo Prado, gerente del Banco Central, explicó que de persistir un comportamiento alcista en ese precio, son previsibles efectos directos incrementales sobre la demanda por divisas (pago de factura petrolera) y, dada la oferta de divisas, sobre el tipo de cambio.
En el primer cuatrimestre del año, el país ya ha gastado un 10% más de divisas en la importación de combustibles respecto al mismo cuatrimestre del año anterior, según información proporcionada por el Banco Central.
“La inflación importada, que unida al efecto traspaso de eventuales incrementos en el tipo de cambio, incidiría en el crecimiento de los precios locales y las expectativas de inflación y las tasas de interés, en caso de requerirse, lo que encarecería el costo de la deuda pública, incluida la del Banco Central”, detalló Prado.
Las tasas de interés subirían ante las mayores expectativas de inflación que hace que los inversionistas pidan más rendimiento para compensar la pérdida en el poder de compra de los intereses.
Rodríguez comentó que, si a esta situación se suma la presión fiscal, que surge del alto y persistente déficit del Gobierno (exceso de gastos sobre ingresos), se junta el efecto petróleo y el efecto tasas, ocurre una mala combinación que espera que no pase.
“Si logra avanzarse hacia una contención del gasto y un aumento en los ingresos, pues la presión sería menor, de no hacerse habría una fuerte presión sobre las tasas de interés, lo cual generaría una combinación de un dólar más caro y tasas de interés elevadas”, advirtió Rodríguez.