En los últimos seis años, la cantidad de dinero destinada por el Gobierno al pago del servicio de la deuda pública experimentó un marcado aumento, pasando del 30% en el 2017, a casi 40% del presupuesto total ejecutado en el 2022.
De acuerdo con el informe de resultados físicos y financieros del plan de gastos del ejercicio económico 2022, emitido por el Ministerio de Hacienda a finales de julio, el servicio de la deuda pública (pago de intereses y amortizaciones) es el principal impulsor del gasto nacional, que representa 39,2% del presupuesto ejecutado el año pasado, lo cual supera el gasto de cualquier otra institución pública.
En 2022, el servicio de la deuda pública ascendió a ¢3,8 billones, de un total de ¢10,1 billones del presupuesto ejecutado durante ese periodo. Esto implicó una ejecución del 90% respecto a lo previsto en el Presupuesto de la República para 2022, el cual había contemplado gastos por ¢4,2 billones para este rubro.
Daniel Ortiz, economista y director de la firma Consejeros Económicos y Financieros (Cefsa), explicó que el aumento del gasto público en el pago de la deuda se debe al constante incremento del monto adeudado por parte del Gobierno. Para diciembre anterior, el saldo de la deuda alcanzó ¢28,2 billones, equivalente al 63,4% del producto interno bruto (PIB) y representa 2,79 veces el presupuesto ejecutado en el 2022.
“Cuando se duplica el saldo de la deuda, se duplica el pago de intereses y hace que cada vez se tenga que destinar mayor parte del presupuesto al pago de deuda”, explicó Ortiz.
En eso coincidió Norberto Zúñiga, economista y socio consultor de Ecoanálisis, quien amplió que fueron varias las razones que llevaron al acelerado incremento de la deuda del Gobierno, los cuales describió como un “círculo vicioso”.
Zúñiga señaló que Costa Rica tuvo que acceder a financiamientos con condiciones menos favorables en el pasado reciente, lo que llevó a pagar mayores tasas de interés. Este alto endeudamiento, a su vez, aumentó el riesgo del país, lo que conllevó a condiciones de financiamiento más desfavorables y deudas más costosas.
El pago del servicio de la deuda comprende tanto los vencimientos de compromisos adquiridos en el pasado como el pago de intereses. Según Ortiz, a medida que las tasas de endeudamiento aumentan, se requiere un mayor porcentaje del presupuesto para cumplir con estas responsabilidades.
Ortiz añadió que en el 2022 el Gobierno tuvo buenos resultados fiscales y la perspectiva de riesgo mejoró, sin embargo, el crecimiento en las tasas de política monetaria tanto de Costa Rica como de los principales bancos centrales del mundo hicieron que se adquiriera deuda a tasas relativamente altas.
Gobierno prevé disminución
El ministro de Hacienda, Nogui Acosta, afirmó a La Nación que espera que la proporción de las distintas partidas presupuestarias muestre, paulatinamente, “el compromiso fiscal que ha llevado a cabo el Gobierno de la República”.
Este jerarca añadió que, a corto plazo, se visualizan cambios leves en la composición del gasto, sin embargo, explicó que la gestión de la deuda va en función de minimizar el costo que representa respecto al producto interno bruto (PIB), la cual disminuiría antes de lo previsto, según informó La Nación.
El Banco Central de Costa Rica (BCCR) informó, en su Informe de Política Monetaria de julio del 2023, de que el endeudamiento del Gobierno Central sería, en el 2025, equivalente al 59,4% del producto interno bruto (PIB). Este umbral estaba previsto cruzarse hasta el 2026.
El jerarca de Hacienda explicó que una vez la relación deuda a PIB se ubique por debajo del 60%, el gasto del Gobierno podrá ser más flexible dentro de los límites de la regla fiscal, permitiendo mayor inversión social y en infraestructura pública.
Norberto Zúñiga señaló que, al igual que existe un “círculo vicioso” con una alta deuda, una disciplina fiscal adecuada puede crear un “círculo virtuoso”. Con los buenos resultados fiscales presentados por el Gobierno en los últimos años, él considera que el porcentaje del presupuesto destinado al pago del servicio de la deuda disminuirá con el paso del tiempo.
Asimismo, este economista destacó la relevancia de mantener un correcto desempeño fiscal para lograr que el porcentaje disminuya progresivamente.
No todos los gastos específicos crecen
El informe de resultados financieros también muestra que, entre las distintas instituciones, no todas aumentaron su peso dentro del presupuesto ejecutado. Rubros como el Ministerio de Educación Pública, el Ministerio de Salud y el pago de pensiones han mantenido una estabilidad o se han reducido en los últimos seis años.
El Ministerio de Educación Pública, que es el segundo título presupuestario con mayor relevancia, redujo su participación en la ejecución final. Por otra parte, el Ministerio de Salud y el presupuesto dedicado al pago de pensiones se mantuvieron más estables, como porcentaje del total del ejecutado.
El servicio de la deuda y las pensiones, debido a su cuantía, se consideran como títulos presupuestarios por separado, aunque no están asociados con una entidad particular. Las pensiones representaron el tercer título con mayor importancia en la ejecución, totalizando un gasto de ¢1,09 billones en el 2022.
Ortiz y Zúñiga coincidieron en que los recortes a las pensiones de lujo por medio de un impuesto solidario, que se aprobó en el 2019, estabilizaron el porcentaje del presupuesto dedicado a ese rubro, y esperan que, a medida que pase el tiempo, vaya disminuyendo aún más.