La epidemia del nuevo coronavirus removió dos supuestos importantes del Programa Macroeconómico 2020 y 2021 que presentó, el Banco Central, en enero pasado: el precio esperado del petróleo y la proyección de crecimiento mundial.
Al mover dichos supuestos las previsiones económicas que se habían para Costa Rica podrían variar. El menor precio esperado para el petróleo es positivo en el país pues implica menores costos y ahorro de divisas, aunque también podría tener un efecto deflacionario y por otro lado, el menor crecimiento mundial puede afectar a la producción nacional.
Así lo explicó Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central, en una conversación telefónica sobre los efectos económicos esperados en Costa Rica a raíz de la enfermedad covid-19. El criterio del Banco se basa en la información disponible hasta el miércoles 11 de marzo, poco después del mediodía.
– En otros países los bancos centrales están haciendo escenarios sobre el impacto económico del nuevo coronavirus. ¿Ustedes han valorado posibles escenarios para Costa Rica?
– Sí. Nosotros estamos estudiando la situación. Una fuente de incertidumbre es lo que ocurra con la economía mundial, y sobre eso los organismos financieros han manifestado mucha cautela.
"El Fondo Monetario Internacional sí indicó que la proyección (de crecimiento económico mundial) para el 2020 sería muy probablemente menor al crecimiento que se registró en el 2019, que fue de 2,9%. (En el programa macroeconómico se previó 3,3% para el 2020 y 3,4% para el 2021).
"Es decir que el crecimiento, en lugar de aumentar a 3,4% para la economía global, previsto hace unas semanas apenas, sería de 2,9% o inferior, y eso sería básicamente el crecimiento económico más bajo que se ha registrado desde la crisis financiera económica mundial.
“Hay claridad de que el efecto va a ser temporal, y en la medida que sea temporal pues la respuesta tiene que ajustarse también a esas condiciones, pero cuánto dure y cuan tan profundo sea el impacto es sobre lo que todavía no hay absoluta claridad”.
– De lo que habían previsto en el programa macroeconómico, ¿qué prevén que pueda variar?
– Ciertamente, en el caso del precio del petróleo, que es muy probable que se mantenga por debajo de las proyecciones iniciales, eso sería un desarrollo positivo para Costa Rica, sería una buena noticia, porque reduce el costo de ese insumo fundamental. (En el programa macroeconómico se previó un precio promedio de $72,7 para el producto terminado que compra Costa Rica y actualmente ronda los $48).
"Tendría también un impacto desinflacionario, podría bajar la inflación, no sería un efecto de demanda y consecuentemente no es un efecto que requiera necesariamente de una respuesta de política monetaria.
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– De momento, ¿(el precio del petróleo) es el supuesto más fuerte que se ha movido del programa que ustedes habían anunciado?
– Es lo más fuerte y lo más claro; por supuesto que la situación económica mundial es muy probable que sea menos favorable.
“Aunque los efectos del coronavirus puedan ser temporales y en el segundo semestre de este año haya, posiblemente, un rebote en la actividad económica mundial, es muy probable que para el año 2020 como un todo tengamos una revisión a la baja de la proyección por parte de los organismos financieros internacionales”.
– ¿Cuáles herramientas tiene el país para atenuar los efectos económicos?
– Desde el punto de vista de la política monetaria, seguir valorando la necesidad y conveniencia de una política monetaria expansiva. Esto lo haremos en la próxima reunión de política monetaria que tendremos el lunes 16 de marzo.
"Lo siguiente es evaluar las condiciones de liquidez. En este momento Costa Rica tiene una situación de liquidez muy amplia.
"Desde las perspectiva de las autoridades de supervisión y regulación del sistema financiero, me refiero al Conassif (Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero) y a las superintendencias en general, por supuesto, vamos a estar vigilando la situación en el sistema financiero, específicamente para ver qué respuestas sean necesarias dar en este caso.
– ¿De qué clase de respuestas estaríamos hablando en este caso?
– Las respuestas irían orientadas, en primer lugar, a fortalecer la estabilidad en el sistema financiero y, en segundo lugar, a apoyar las condiciones crediticias y mitigar el impacto sobre todo en los sectores que puedan salir más fuertemente afectados por la situación de coronavirus.
"Sí es muy claro que el país carece de espacio fiscal para hacer una respuesta, me refiero a una expansión del déficit.
“Lo que sí es importante en la respuesta fiscal es que se asegure la provisión de recursos financieros para el Ministerio de Salud y las autoridades de salud para que puedan responder a la crisis sanitaria (...) y se respete la regla fiscal, ahí estaríamos hablando no de una expansión del déficit, sino de una reasignación del gasto dentro del límite fijado por la regla fiscal”.
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– Hablaba que han estado evaluando con las autoridades supervisoras medidas para ayudar a los sectores que podrían sufrir más. En algunos países se habla de flexibilizar deudas, o las condiciones. ¿Qué tipo de medidas se podrían aplicar?
– Esas son justamente las medidas que se han considerado, medidas que tienen que ver con la normativa prudencial sobre la readecuación de créditos, también las medidas sobre estimaciones contracíclicas que están justamente ahí orientadas a que los bancos hagan reservas en momento de auge económico para poder más bien relajar las condiciones crediticias en momentos de recesión, contracción o desaceleración económica.
“Todo esto requeriría aprobación por parte de Conassif, yo no podría adelantar criterio, es una decisión que tiene que ser colegiada”.
– Dijo que las herramientas están, sobre todo, del lado del Banco Central porque tenemos muy poco espacio en la parte fiscal. Hasta ahora el Banco ha hecho un gran esfuerzo con la baja en la tasa de política monetaria y el encaje, pero no ha habido un gran efecto. ¿Serviría esto como herramienta?
– Seguir apoyando en la dirección de reducir tasas de interés me parece que sería la respuesta correcta; claro que quisiéramos ver más transmisión a las tasas de interés, ya se ha empezado a reflejar la política monetaria expansiva en una caída significativa de la tasa básica pasiva y eso en sí nos da confianza de que el mejoramiento en las condiciones crediticias ya se va a empezar a traducir más rápido en algo que puedan sentir los costarricenses, tanto los que están tomando nuevos créditos como los que ya habían contraído créditos, especialmente los referenciados a la tasa básica pasiva, porque ya verán una reducción importante en sus cuotas de crédito.