Desde octubre del 2006, se inició una política de mayor flexibilidad para la definición del tipo de cambio que pasó por un sistema de banda cambiaria, donde el precio del dólar oscilaba en un rango establecido por la autoridad monetaria y luego continuó por un camino de flotación administrada. De acuerdo con el presidente del Banco Central, Róger Madrigal, hoy las circunstancias lo acercan más a la frontera de una flotación más libre.
¿Cuáles circunstancias? Los fuertes choques que ha recibido el país en los últimos años, primero con la pandemia y luego con la guerra en Ucrania que ha hecho variar fuertemente los ingresos y salidas de divisas, así como el hecho de que ahora el Banco Central se encuentra en un camino de reconstituir sus reservas.
El funcionario concedió una entrevista a este medio, el pasado martes 24 de mayo, en su despacho, donde explicó, además, sobre los instrumentos de política monetaria que están evaluando. En seguida, un resumen de la conversación.
–Hay dos temas que más preocupan a las personas en este momento: tipo de cambio e inflación. ¿Cuál es su lectura de los factores que están influyendo en la variación del tipo de cambio?
–Es un aumento que viene en realidad desde hace más de un año, un incremento que se observa con relativa fortaleza en el segundo semestre del 2020 cuando ya se manifiestan las primeras consecuencias de la pandemia. La gente de turismo habla de “temporada cero” y es que en determinado momento no hubo ingresos por turismo.
”Entonces, lo del tipo de cambio no es nuevo, es consecuente con una política establecida por el Banco Central desde el 13 de octubre del 2006, que fue cuando se inició con la mayor flexibilidad en el entendido que el Banco Central permitía que se revelaran las fuerzas del mercado (...) y las intervenciones quedarían reservadas para lo que establece la ley, cambios abruptos en el tipo de cambio.
”El Banco pasó de la paridad reptante, que la gente le llamaba minidevaluaciones, que luego el Banco denominó la banda cambiaria, en octubre del 2006, y luego, poco a poco, se fue ampliando el ancho de la banda y se llegó a un nivel que era irrelevante, fue cuando, a partir de febrero del 2015, ya el Banco (...) estableció oficialmente un tipo de cambio flotante, pero administrado, de flotación administrada.
”El incremento en el tipo de cambio está respondiendo a lo que se consideran las variables fundamentales que lo influyen en el largo plazo, tenemos un choque en términos de intercambio, tenemos mayor demanda del sector público no bancario (...) y por la decisión de algunos entes de desdolarizarse”.
–Algunos señalan que la expansión de liquidez tan grande durante la pandemia y la baja en tasas de interés es lo que está explicando ahora una salida de capital de las operadoras de pensiones, porque no tienen buenos rendimientos dentro del país y no se ha notado salida de capitales de otros sectores.
–Para un hecho hay dos momentos en el tiempo: uno cuando el hecho ocurre, lo que llamaríamos en tiempo real, con información asimétrica, imperfecta, incompleta, pero yo observo algo y tomo una decisión, se hace una valoración y siempre para el tomador de política tiene que decidir en medio de esa incertidumbre, usualmente es más lo que desconoce que lo que conoce.
“Está luego la evaluación de política, entonces yo puedo tener la posición cómoda de que vengo después y digo que se hizo tal cosa, y que si se hubiese hecho de tal otra forma. No hay contradicción, ambas cosas pueden ser atendibles, pueden tener sus métodos explicativos, nada más que son momentos distintos y el conjunto de información que uso para evaluar es distinto.
“Entonces, en aquel momento, parecía una política adecuada y ahora hay una discusión muy interesante, la discusión en Costa Rica es pequeñita, queda insignificante de lo que se llama los errores de política de la Reserva Federal (...), sí se redujeron las tasas de interés en ese momento, pareció adecuado, y ahora, al llegar la inflación, ahora sí el reto que queda es evitar que esa inflación se haga relativamente duradera en Costa Rica”.
–Hay quienes mencionan que durante la pandemia la expansión monetaria fue tan grande que ahora se requeriría más que subir la tasa de política monetaria, se podría ser más agresivo tocando otros instrumentos como el encaje mínimo legal (una porción de sus captaciones que las entidades trasladan al Banco Central), bonos de estabilización monetaria, emitir dentro del país en dólares. ¿Qué le parece a usted utilizar otras herramientas?
–El Banco tiene que tener una apertura conceptual, mental, también de considerar cuáles son los instrumentos disponibles, ya usted mencionó algunos, las tasas de interés, las tasas de encaje, las operaciones de mercado abierto, de hecho el Banco tiene habilitada la posibilidad de emitir títulos valores en moneda extranjera, en fin, sí, eso y las que aparezcan, siempre y cuando siendo amigable con los mercados.
”Lo que queremos es que los ajustes se den dentro de una lógica del mercado, de crear los incentivos económicos para que las variables se comporten de acuerdo con lo que nosotros consideramos los criterios de eficiencia, nadie está pensando que para combatir la inflación hay que ir a fijar precios, por ejemplo.
”Ser amigable con los mercados es ser amigables con la libertad individual también y la idea es que tengamos los incentivos adecuados entonces los procesos de generación de eficiencia funcionan (....) y entonces el Banco está abierto a considerar todo eso”.
–En materia de las reservas monetarias, usted decía que el camino es restituirlas. Actualmente estamos cerca del límite inferior del rango que el Banco Central considera adecuado, entre 11% y 15% del PIB (producto interno bruto), y también en el acuerdo con el FMI hay metas de reservas. Se podría concluir que el Banco, en este momento, tiene menos espacio para intervenir en el mercado cambiario, ¿se esperaría entonces que la flotación del dólar no sea tan administrada?
–Ha habido flotación, ha habido incremento en el tipo de cambio. El tipo de cambio sí ha respondido a esas variables fundamentales.
”Si uno observa lo que el Banco llama la intervención por volatilidad ha sido muy poca; en esa participación que tiene el Banco cuando vende divisas al sector público y luego no las repone, eso definitivamente tiene un efecto sobre el mercado cambiario.
“Es el régimen que se escogió, uno podría hacer un cambio de régimen y quitarle la palabra ‘administrada’, y entonces ahora sí que sea lo que sea. Creo que la misma ley del Banco tiene algunas previsiones para eso porque el Banco puede intervenir ante movimientos violentos en el tipo de cambio”.
–Pareciera que estamos más cerca de una flotación más libre del dólar, y menos administrada.
-Las circunstancias nos han llevado a eso porque el Banco no puede contradecir una realidad de mercado.
–Esta variación cambiaria, tan fuerte, nos va a terminar golpeando la pobreza porque está afectando mucho los precios de los alimentos, tenemos también menos gente endeudada en dólares que tiene ingresos en colones, pero siempre hay una porción importante, ahí otras preocupaciones.
–Hay que hacer un balance, hay que ver cuáles son las opciones (...) el Banco necesita igual, con mucha prudencia, poder distinguir qué es un choque fundamental y qué es transitorio, cosa que no se puede hacer en tiempo real.
”Yo lo que le puedo decir es que aquí la política tiene que ser muy prudente, tiene que ser con decisión en lo que se hace en el momento que se hace, pero se tiene que ser muy prudente.
“Y los precios –en esto se tiene que tener cuidado cuando uno lo dice– tienen la ventaja de que son mecanismos disciplinadores, si algo es caro es porque es escaso, el precio refleja eso; si nosotros artificialmente hacemos que algo sea más barato entonces creamos una demanda que naturalmente no hubiese ocurrido. Todos los procesos económicos de racionalidad de sustitución: ‘si el pan se pone caro entones como tortillas’, ustedes los conocen”.
–En Costa Rica se comienzan a poner sobre la mesa varias propuestas de subsidios. ¿Cuál cree usted que es el mejor camino: subsidiar familias o productores?
–En eso tiene que ver más con política fiscal, que monetaria, pero hay algunas enseñanzas en subsidios. Costa Rica tiene mucha experiencia en subsidios y no buena experiencia, aquí es donde es importante (...) tener un buen sistema de información para llegarle a los que verdaderamente requieren eso, pero cuesta un poco con la información”.