Los presupuestos de los órganos desconcentrados de los ministerios, como por ejemplo, el Fondo Nacional de Becas (Fonabe), el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) y el Centro Nacional de la Música, entre otros, serán sometidos este año, por primera vez, a la discusión legislativa.
En total, son cerca de 61 entidades (según el clasificador institucional vigente del Ministerio de Hacienda), que los diputados evaluarán y cuyos presupuestos los aprobaba antes la Contraloría General de la República,
Este año se aplica la Ley 9524, Ley de Fortalecimiento del Control Presupuestario de los Órganos Desconcentrados del Gobierno Central, vigente desde abril del 2018, que en su transitorio I estableció que sería hasta el presupuesto del 2021 que estas entidades se incluirían en el presupuesto ordinario del Gobierno, que es la autorización máxima de gasto.
Según el documento: Presupuestos Públicos 2020: Situación y Perspectivas de la Contraloría General de la República para el 2020 el presupuesto inicial aprobado para los órganos desconcentrados para este año fue de ¢1,7 millones de millones.
Los órganos desconcentrados son entidades creadas para ejecutar actividades específicas con el fin de lograr una mayor agilidad en su ejecución, según se detalla en el documento Aspectos Generales de sobre los Órganos Desconcentrados, periodo presupuestario 2016 del Ministerio de Hacienda.
Cerca de la mitad de los ingresos de los órganos desconcentrados provienen del presupuesto nacional, pero también estas entidades tienen ingresos propios.
Impacto fiscal del cambio
Para este año el ministro de Hacienda, Elian Villegas, informó de que el presupuesto ordinario total oscilará entre ¢10 millones de millones y ¢11 millones de millones, por lo que al comparar el presupuesto ordinario del 2021 con el del 2020 se debe tener cuidado de excluir el plan de los órganos desconcentrados, pues tendrán un peso importante.
Esta inclusión, explicó Villegas, tiene un impacto fiscal importante porque va a permitir consolidar los ingresos y los gastos del Gobierno Central.
“Es importantísimo en términos de la política fiscal porque nos va a permitir, primero, empezar una consolidación presupuestaria, saber cuánta plata en realidad estamos manejando a nivel del Gobierno Central”, aseveró Villegas.
El Ministro de Hacienda detalló que antes habían ingresos que se quedaban por fuera, que eran los de esos órganos desconcentrados, pero también habían transferencias que se realizaban desde del Poder Ejecutivo hacia esos órganos desconcentrados, lo cual dificultaba la consolidación presupuestaria.
“Igualmente nos permite hacer visible los superávits, tanto los específicos, como aquellos otros superávits que puedan llegar a tener estos órganos desconcentrados de forma tal que ahora sí vamos a saber cuánta plata se está moviendo a nivel del Poder Ejecutivo y del presupuesto central, y eso es de gran ayuda para un mejor control en materia fiscal”, añadió Villegas.
José Francisco Pacheco, exviceministro de gasto del Ministerio de Hacienda, explicó que antes el Ministerio presupuestaba lo que le correspondía a cada órgano desconcentrado y una vez aprobado se convertía en un gasto para el Gobierno, aunque después no se usara completamente y parte de los recursos quedaran en la caja única del Estado como superávit.
Ahora, añadió Pacheco, los órganos desconcentrados pasan a ser programas dentro del presupuesto donde el ministro tiene más control para definir cuánto le distribuye a cada uno y ya no tienen superávit.
“Al tener el control el Ministerio de Hacienda tiene también la posibilidad de reducir sus pasivos en la caja única del Estado”, añadió Pacheco.
Se consultó también a la diputada Silvia Hernández, sobre cómo cambiará la discusión legislativa dicha incorporación, pero no se obtuvo respuesta.