A diferencia de los últimos tres gobiernos, la administración encabezada por el presidente electo Rodrigo Chaves, que iniciará labores el próximo 8 de mayo, recibirá una situación fiscal más estable, encaminada hacia una mejora, pero todavía vulnerable, debido al alto endeudamiento que provoca una abultada cuenta de intereses.
La futura administración tendrá presiones para gastar por el nuevo golpe externo que propinó la invasión de Rusia a Ucrania. El conflicto impulsa los precios de los alimentos, lo cual impactaría en el nivel de pobreza del país.
Además, le corresponderá la implementación de la Ley de Empleo Público, y deberá empezar a tomar decisiones sobre las finanzas de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), institución que, en palabras del ministro de Hacienda, Elian Villegas, “tiene una capacidad poderosa de erosionar la estabilidad fiscal del Gobierno Central”.
En términos del Gobierno Central (principalmente ministerios), la nueva administración recibe unos ingresos crecientes y suficientes, originados principalmente por impuestos, para cubrir los gastos sin los intereses. Esta nueva dinámica permite el asomo de un superávit primario con el cual se puede cubrir una pequeña parte del pago de intereses.
En los últimos 12 meses que terminaron en febrero y, traídos a colones de febrero del 2022, hubo un superávit primario cercano a los ¢33.442 millones (0,08% de la producción estimada para este año).
Tener dicho excedente es uno de los tres elementos importantes para bajar la deuda del Gobierno respecto a la producción. Los otros dos son el crecimiento de la economía y la tasa de interés.
Por ello, la reducción del déficit primario, para su conversión a un superávit, es una de las razones que ha permitido frenar el ritmo de crecimiento que tenía la deuda del Ejecutivo; no obstante, esta sigue siendo alta.
Según las proyecciones que publicó el Fondo Monetario Internacional (FMI) en marzo, en su documento de aprobación de la primera y segunda revisión del acuerdo con el país, en este 2022 la deuda del Gobierno respecto a la producción alcanzaría su punto máximo (68,6%) y a partir del otro año comenzaría a descender.
No obstante, dicha deuda todavía sigue siendo muy elevada. La Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas establece el nivel de endeudamiento del 60% de la producción como el máximo para el Gobierno Central. Al superar ese umbral, hay que tomar medidas más estrictas en el gasto.
Sobrepasar el límite natural de la deuda significa que existe la posibilidad de que, en algún momento, en el futuro los espacios de financiamiento se vuelvan escasos y caros, según explica el Ministerio de Hacienda, en el documento Justificación para la definición de la Política de Endeudamiento para el Sector Público Costarricense.
La alta deuda genera que la cuenta por intereses continúe alta. En los últimos 12 meses concluidos en febrero, se pagaron cerca de ¢2 millones de millones (expresados en colones de febrero del 2022), lo cual representa un 5,4% de la producción estimada para este año. Dicho monto se acerca al presupuesto del Ministerio de Educación Pública (MEP), que se estima en un 6,6% de la producción para este año.
Préstamos externos para aliviar intereses
Villegas espera que con la llegada de créditos externos se alivie un poco la carga del pago de intereses de la deuda, pero también el nuevo gobierno se enfrentará a una tendencia al alza en las tasas locales y externas, como medida monetaria para contener el crecimiento de la inflación. Esta situación puede dificultarle a la próxima administración la baja en el gasto de intereses.
“Con los créditos desembolsados y, ojalá, y se puedan aprobar los dos préstamos que en este momento están en la Asamblea Legislativa, tanto el del Banco Mundial por $300 millones (se aprobó en primer debate el 6 de abril), como el de la Agencia Francesa para el Desarrollo (cerca de $170 millones), es de esperar algún alivio en lo que es propiamente la tasa de interés y la cuenta de intereses del Estado costarricense; siempre y cuando no se presente alguna subida de tasas de interés en razón de situaciones propias de mercado”, indicó el jerarca.
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Para aliviar la presión sobre las tasas de interés internas, el actual gobierno dejará presentado un proyecto de ley para que la nueva administración pueda captar más recursos en el exterior. El ministro explicó que serían series de $1.000 millones y dará más detalles cuando lo presenten, después de Semana Santa.
Para el actual jerarca de Hacienda, continuar el saneamiento de las finanzas públicas debe hacerse mediante la hoja de ruta negociada con el Fondo Monetario Internacional. “Tener muy claras las metas indicativas que están señaladas en ese acuerdo, con la finalidad de poner los motores hacia allá, no aflojar”, subrayó Villegas.
Falta camino
El economista y exministro de Hacienda, Thelmo Vargas, enfatizó que las dificultades en las finanzas públicas todavía no están resueltas.
“La situación fiscal adversa no está resuelta todavía. Hay que bajar rápidamente el alto endeudamiento del Gobierno Central y la carga de intereses. Eso se logra con control firme del gasto y con medidas que promuevan mayor crecimiento económico, no con más impuestos”, opinó el exministro.
“El mayor crecimiento es una cornucopia (vaso en forma de cuerno que representa la abundancia) macroeconómica, que reduce el desempleo, la pobreza, la desigualdad de ingresos entre las familias costarricenses y hasta mejora de manera sana las finanzas públicas, pues aporta más ingresos tributarios”, añadió.
No obstante, el crecimiento económico ahora está amenazado por la guerra en Ucrania y no tener arreglada la situación fiscal complica tanto la política fiscal como la monetaria, según opinó el economista y exministro de Hacienda, Rodrigo Bolaños.
“El manejo macroeconómico (fiscal y monetario) será uno de los principales reto iniciales para el próximo gobierno. En primer lugar, teníamos una economía débil que apenas se estaba recuperando de los efectos de la pandemia. En segundo lugar, la economía se está debilitando por los efectos negativos de la guerra en Ucrania. En tercer lugar, la situación fiscal apenas se estaba empezando a arreglar”, comentó Bolaños.
Este economista prevé que la presión fiscal va ser grande con este nuevo golpe externo.
“La presión va a ser enorme (baja impuestos combustibles, subir el gasto social, uso del Régimen Obligatorio de Pensiones, aflojar la regulación bancaria). O sea, no tener arreglada la situación fiscal nos deja con la enorme vulnerabilidad de no poder enfrentar bien los shocks externos y tendremos o que pagar un precio en menor actividad económica y más desempleo o que la economía aumente su deuda pública con los riesgos que eso conlleva, o ambos”, vaticinó.
Para Bolaños, más allá del corto plazo, el reto fiscal que se avecina son las finanzas de la seguridad social (salud, pensiones, gasto social y la CCSS) que, en su criterio, van a requerir una sustitución de impuesto a las planillas, y una mayor tasa del impuesto al valor agregado (IVA) y del tributo sobre la renta.
“Eso hay que empezar a plantearlo y ejecutarlo en los próximos 10 o 15 años”, consideró.
También, según Bolaños, en finanzas públicas se debe avanzar en más áreas, entre ellas, citó hacer más eficiente el gasto público y avanzar en el mejor cobro de los impuestos. Además sostuvo que se debe valorar si los problemas del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) requieren un aumento de capital, por parte del Gobierno Central, que permita bajar el costo de la electricidad, más allá de la reestructuración de la deuda de la empresa.
También mencionó una buena aplicación de la ley de empleo público y la reforma de fondo a la educación pública.