Nueva York. La agencia calificadora de riesgo Fitch rebajó el martes la nota de la deuda de Estados Unidos de AAA a AA+. Aunque este cambio puede generar preocupación, su impacto en la mayor economía mundial parece ser más simbólico que inmediatamente perjudicial.
Esta degradación en su calificación se atribuye a lo que Fitch describe como una “erosión de la gobernanza”. Los retrasos en las negociaciones del Congreso sobre el límite de endeudamiento y los acuerdos de último minuto para evitar el impago contribuyeron a esta decisión.
Históricamente, los bonos de deuda emitidos por el Tesoro de los Estados Unidos han sido reconocidos como los más seguros. Por eso, La Nación le explica qué significa que el país norteamericano haya tenido una caída en su calificación y qué consecuencias le traería esto.
¿Qué es la calificación AAA?
Para evaluar la solvencia de Estados, comunidades o empresas, las tres principales calificadoras del mundo (S&P Global, Fitch y Moody’s) usan escalas de letras o notas, que van de AAA, considerada por encima de cualquier riesgo, a C o D, que señalan posibles incumplimientos de reembolsos.
Las mediciones se realizan analizando parámetros de crecimiento económico, endeudamiento, déficit, gastos, ingresos fiscales, y el diagnóstico sirve de guía a los inversionistas.
Eso significa también que cuanto más baja sea la nota atribuida, mayores serán los intereses que los inversores pedirán para prestar dinero a un Estado o a una empresa, porque su deuda será considerada de mayor riesgo.
¿Qué países conservan la AAA y quienes la han perdido?
Solo un puñado de países conserva la máxima nota de las tres grandes calificadoras: Australia, Dinamarca, Alemania, Países Bajos, Suecia, Noruega, Singapur, Suiza y Luxemburgo. Otros sólo tienen la mejor calificación en una o dos de las tres grandes agencias de riesgo crediticio.
En Europa varios países perdieron la máxima nota después de la crisis financiera de 2008.
En 2011, S&P Global despojó a Estados Unidos de su nota AAA después de una extensa pugna en el Congreso sobre el límite de endeudamiento, pero Moody’s, que tiene registros desde 1949, le sigue otorgando la nota máxima.
Estados Unidos necesita resolver la recurrencia de los problemas ligados a su límite de emisión de deuda, y encontrar soluciones “de largo plazo”, si quiere recuperar la triple A, declaró este miércoles Richard Francis, responsable de Fitch Ratings para las Américas.
¿Cuáles son las consecuencias?
La pérdida de la calificación AAA envía una señal a los mercados, que por el momento es sobre todo simbólica, dado que Estados Unidos sigue teniendo una buena nota y sus bonos siguen siendo considerados como los más seguros y líquidos del mundo.
La tasa de rendimiento del bono del Tesoro a 10 años, una referencia para el mercado, rompió por tercera vez en el año la barrera del 4% antes del anuncio de Fitch, pero volvió a pasar por debajo de ese nivel inmediatamente después.
Las tasas de esos bonos son el rendimiento que ofrecen o el interés que paga el Tesoro por endeudarse. La presión al alza de los últimos meses se debe ante todo al aumento de las tasas de referencia de la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos.
La Fed ha aumentado sucesivamente sus tasas de interés en un intento por encarecer el crédito y enfriar así el consumo y la inversión, y con ello contener la presión sobre los precios en un contexto de inflación elevada.
“El dólar estadounidense es la moneda de reserva más importante del mundo, lo que da al gobierno una flexibilidad de financiamiento extraordinaria”, señaló Fitch en sus conclusiones, lo que sugiere que Estados Unidos va a seguir encontrando con comodidad compradores para su deuda.
Según esa consultora, los costos de los intereses de la deuda del gobierno pueden duplicarse en los próximos años, aunque mucho dependerá de la capacidad de la Fed para iniciar rápidamente un ciclo de recortes de sus tipos de interés. Si eso no ocurre, “entonces la dinámica de la deuda puede volverse rápidamente insostenible”, advierte el informe.