La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) anunció, este miércoles 2 de noviembre, la sexta alza consecutiva de sus tasas de interés, en 0,75 puntos porcentuales (p. p.), para llevarlas a un rango entre 3,75% y 4,00%, desde el 3,00% y 3,25%, en el que se encontraba anteriormente.
El nuevo rango de la tasa es el más alto desde enero del 2008; este incremento forma parte de la agresiva batalla del ente monetario contra la inflación en Estados Unidos. En un comunicado de prensa, la FED anticipó nuevos aumentos para lograr una postura de política monetaria que sea lo suficientemente restrictiva para regresar la inflación a la meta del 2%.
“Mis colegas y yo estamos decididos a bajar la inflación al 2%, tenemos las herramientas que necesitamos y la solución que tendremos que seguir para restaurar la estabilidad en los precios”, manifestó Jerome Powell, presidente de la FED, en conferencia de prensa posterior al anuncio. “Sin estabilidad de precios, la economía no funciona para nadie”, agregó.
El índice de precios al consumidor (PCI, por sus siglas en inglés) llegó a 8,2% en 12 meses a setiembre; este indicador se construye con datos del Departamento del Trabajo obtenidos mediante encuestas a hogares. En tanto, el índice PCE —el preferido de la Reserva Federal— alcanzó 6,2%, según información divulgada el viernes.
En la nota de prensa, la FED alegó que indicadores recientes apuntan a un crecimiento moderado del gasto y la producción y que la inflación sigue siendo elevada, lo que refleja los desequilibrios de la oferta y la demanda relacionados con la pandemia, el aumento de los precios de los alimentos y la energía.
La Reserva Federal también achacó el aumento a las dificultades humanas y económicas de la guerra entre Rusia y Ucrania, los cuales están creando una presión alcista adicional sobre la inflación y están pesando sobre la actividad económica mundial.
Powell aseguró que cuanto más dure el actual episodio de alta inflación, mayor será la posibilidad de que las expectativas de alta inflación se arraiguen y añadió que tomará tiempo para que los efectos completos de la restricción monetaria se hagan realidad, especialmente en la reducción de los precios.
La entidad monetaria ya procedió a una fuerte alza en junio, la mayor desde 1994, y volvió a hacerlo al mes siguiente. Desde marzo anterior, la tasas de interés aumentaron en seis ocasiones, con un incremento cada vez mayor en los meses posteriores.
La Reserva Federal subió sus tasas en marzo en un cuarto de punto; medio punto en mayo; y tres cuartos de punto para junio, julio, setiembre y noviembre. Tras la reunión de dos días del Comité de Política Monetaria (FOMC, por sus siglas en inglés), los miembros externaron su compromiso para devolver la inflación a su objetivo anual y aprobaron de forma unánime el incremento.
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El presidente del ente monetario afirmó que en el momento que consideren apropiado reducirán el ritmo de los aumentos en las tasas, aunque los datos más recientes sugieren que el nivel final de las tasas de interés será más alto de lo esperado.
Al ser consultado sobre la posibilidad de ralentizar la subida de tasas en la próxima reunión de la FED, que será en diciembre, Powell aseveró que esa decisión puede llegar tan pronto como en la siguiente sesión o la posterior, en el 2023. Sin embargo, enfatizó en que la prioridad es bajar la inflación y aún no hay una decisión al respecto.
El incremento de tasas de la mayoría de bancos centrales del mundo ha sido la receta de las entidades para reducir el consumo y así bajar la presión interna sobre los precios para evitar un incremento sostenido de la inflación a largo plazo, pues los aumentos de las tasas elevan automáticamente los tipos de interés de los préstamos.