Los mejores resultados fiscales de Costa Rica en el 2021 abren la posibilidad de presentar al Fondo Monetario Internacional (FMI) menos proyectos de ley aprobados para la primera revisión del acuerdo, la cual se iniciaría en marzo, eso sí, sujeto a que en el futuro se hagan más avances, según indicó el presidente del Banco Central, Rodrigo Cubero, en una entrevista con La Nación.
El Ministerio de Hacienda informó, en su última actualización de las cifras fiscales del 2021, el pasado 8 de febrero, de que el déficit primario (exceso de gastos, excluyendo intereses por encima de los ingresos) fue, en el 2021, de un monto equivalente al 0,27% de la producción, el menor en los últimos 13 años.
Además, la cartera comunicó que el déficit financiero (exceso de gastos totales sobre los ingresos) fue de 5,03%, el menor en nueve años, y que la deuda pública representó 68,34% de la producción.
En el acuerdo con el FMI la meta inicial era alcanzar un superávit primario de 1% en el 2023 y la nueva proyección es que, en el 2022, se alcanzará un 1,6%.
A continuación, un resumen de la conversación con Cubero.
—¿En la primera semana de marzo se presentaría ante el Directorio del Fondo la primera revisión de Costa Rica, para el segundo desembolso?
—Alrededor de la primera semana de marzo ellos harían una lectura de dónde está la situación de aprobaciones en Costa Rica y con base en eso deciden si envían los documentos de aprobación a la gerencia del Fondo y luego al Directorio.
—En diciembre explicó en una entrevista que para la primera revisión era “absolutamente imprescindible” aprobar los proyectos de renta global dual, exoneraciones, casas de lujo y, por lo menos, dividendos de las empresas del Estado, donde no hay mayor avance. Sin embargo, los resultados fiscales están mucho mejor a los acordados con el organismo. ¿Sería posible la aprobación de la primera revisión con solo empleo público o siguen siendo imprescindibles el resto de proyectos?
—Los resultados (fiscales) han sido mejores y eso abre la posibilidad de plantear ante el Fondo una agenda tal vez menos ambiciosa para efectos de esta primera revisión. Eso, por supuesto, quedará sujeto a la decisión que el Fondo tome, pero sí me parece que abre una oportunidad para que Costa Rica plantee la posibilidad de que, en el entorno actual, donde ha sido difícil en un periodo electoral mayor avance en la agenda legislativa, tener una menor ambición. A mí sí me sigue pareciendo absolutamente fundamental la aprobación del proyecto de Ley Marco de Empleo Público, que afortunadamente recibió el visto bueno de la Sala Constitucional”.
—Hace un año, cuando el acuerdo se logró, se hablaba de generar un 1,1% del PIB para obtener un superávit primario de 1% del PIB en el 2023, pero en las proyecciones del Informe de Política Monetaria ustedes tienen previsto un superávit primario 1,6% en el 2022 y 2,1% en el 2023 y las medidas de ingresos adicionales del acuerdo representan ahora 0,9% del PIB. Es decir, aun restando ese 0,9%, el país cumpliría. ¿Es correcto?
—Es posible que en un contexto donde no se aprueben otros ingresos logremos acercarnos a la meta planteada originalmente, no sé si se cumpliría. Pero también es importante entender que la macroeconomía no es un fenómeno aislado y que hay muchos vasos comunicantes en las variables macroeconómicas, y que de no darse la continuidad del programa con el Fondo podrían deteriorarse significativamente, no solo las expectativas fiscales y consecuentemente las tasas de interés que el Gobierno tendría que pagar y los resultados fiscales, sino también los resultados en términos de crecimiento.
”(Un menor crecimiento) golpearía a la situación fiscal por dos vías: la de la recaudación, y por los denominadores sobre los que se establecen todas las razones fiscales: deuda a PIB, déficit a PIB... De manera que es importante tomar en cuenta que de no darse una continuidad del acuerdo con el FMI, aunque en este momento aritméticamente pueda parecer que pasivamente nos pudiéramos acercar a esa meta, de repente no lograríamos llegar ahí porque se deterioran otro conjunto de variables macroeconómicas”.
—Precisamente sobre el tema de la continuidad, de los dos candidatos que pasaron a segunda ronda electoral, uno indica que renegociaría el acuerdo vigente y el otro que haría uno nuevo. ¿Eso se puede hacer? ¿Cuánto podría tomar?
—Es importante distinguir entre el instrumento de apoyo financiero a un país y el programa de políticas que ese instrumento financiero está apoyando. En el caso de Costa Rica, el país negoció con el Fondo un Servicio de Facilidad Ampliada. Ese instrumento financiero apoya un programa de políticas.
”A mí me parece que no tiene sentido pensar en cambiar el instrumento, lo que sí es legítimo es que se ajuste el programa de políticas y es perfectamente razonable que así como en cada semestre se actualiza el programa de políticas (...) que cuando viene una nueva administración, también quiera ajustar algunos de los componentes del programa de políticas.
”Pensaría, sin embargo, que esos componentes deberían mantenerse siempre en torno a los objetivos centrales del programa. Son tres: (...) el componente número uno es un enfoque claro en la consolidación fiscal necesaria para ir reduciendo la tasa de deuda del Gobierno Central y asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas; dos, mantener la estabilidad monetaria y financiera del país, ahí simplemente es seguir haciendo lo que se ha estado haciendo (...) y tres, introducir y profundizar reformas estructurales que permitan potenciar el crecimiento de mediano y largo plazo en Costa Rica y hacerlo más verde y más inclusivo.
—¿Cómo cambiarían las proyecciones económicas del 2022 y 2023 si se entrara en una renegociación del acuerdo que podría generar más retrasos en los ingresos de los desembolsos del FMI?
—Cuando se plantea la posibilidad de una renegociación con el Fondo podemos hablar de diferentes tipos de negociación. Si es un ajuste de las diferentes políticas específicas para cumplir esos objetivos, pues creo que eso se podría hacer en una forma relativamente expedita y eficiente, pero si estamos hablando de una renegociación, de un replanteamiento más comprensivo de las diferentes medidas de política eso podría tomar mucho más tiempo.
”Ellos tendrían que valorar esas diferentes medidas y eso podría atrasar significativamente la cadena de desembolsos planteados y previstos en el programa con el Fondo y a su vez podría generar cierto nivel de incertidumbre, de desasosiego en los mercados financieros; podría, incluso, atrasar la salida del país a mercados internacionales, en términos de su capacidad de colocar bonos de deuda externa, y atrasar los desembolsos de otros organismos internacionales.
”Todo eso, en conjunto, podría implicar una afectación negativa sobre el costo por intereses del financiamiento del Gobierno y también sobre el crecimiento económico del país vía mayores tasas de interés, mayor incertidumbre, pérdida de confianza de los agentes económicos, peores perspectivas de parte de los consumidores y empresarios y, en última instancia, menor crecimiento económico.
”No obstante, habiendo dicho esto, sí me parece que es natural y legítimo esperar que haya una cierta reorientación del programa de políticas cuando llega una nueva administración, como se va haciendo semestre tras semestre al ir ajustando las metas y al ir reevaluando lo que se ha venido haciendo”.
— A uno le queda el sabor de que el desempeño fiscal de Hacienda fue mejor de lo previsto, pero que también mantenerlo depende de supuestos que son muy frágiles: que haya continuidad en el acuerdo con el Fondo, cosa que no tenemos garantizada, y que esa continuidad permita acceder a otros créditos, incluso un financiamiento externo vía eurobonos.
—Me parece que es importante valorar esto en términos distintos. Lo que a Costa Rica está permitiendo una consolidación fiscal de las dimensiones que hemos visto (...) es fundamentalmente el trabajo que, por el lado del gasto, está haciendo la regla fiscal, y por el lado de los ingresos, la ley 9635 (Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas), de diciembre del 2018, con la introducción de una serie de reformas tributarias que están rindiendo fruto.
”Diría que lo fundamental hacia adelante no es tanto que se den las aprobaciones de deuda, aunque son importantes, sino que se mantengan los fundamentos de la consolidación fiscal, que es la buena recaudación y la contención del gasto y ahí dependemos de una aplicación de la regla fiscal y sobre todo, es importantísimo que hacia adelante no se nos diluya la regla fiscal.
”Por algunos años transitaremos en una senda que se va a mantener, en efecto, relativamente vulnerable a choques porque la deuda todavía se mantiene alta y por eso ha sido el énfásis en hacer un ajuste fiscal adicional al que ya introducía la Ley 9635 con estos esfuerzos que están planteados en la Asamblea Legislativa, para poder bajar esa tasa de deuda más rápidamente y reducir esa vulnerabilidad que tiene la situación fiscal ante choques externos”.