La economía de Costa Rica cumplió, en noviembre del 2019, seis meses consecutivos de recuperación y Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR), se atreve a afirmar que es un proceso cada vez con mayores indicios de consolidarse.
El índice mensual de actividad económica (IMAE) tuvo una variación interanual de 2,9% hasta noviembre pasado. Todos los sectores productivos crecieron, con excepción de la construcción que todavía reporta variaciones negativas.
Cubero destacó, en conversación telefónica con La Nación, que para mejorar la confianza de los consumidores e inversionistas, en el 2020 será clave la consolidación de las finanzas del Gobierno.
– ¿Cuáles son las razones de la recuperación de la actividad económica?
– Tenemos, en efecto, seis meses de recuperación económica. Tocamos fondo en el mes de mayo (del 2019) y empieza a repuntar en junio. El proceso se da por dos fuerzas fundamentales. En primer lugar, se mantiene el alto dinamismo de las empresas de zona franca, con un buen desempeño de las compañías de dispositivos médicos y las que brindan apoyo empresarial.
“Hay una recuperación más clara, más fuerte y sostenida, de las empresas en el régimen definitivo (sin incentivos), el cual, al fin de cuentas, representan el 90% de la producción nacional. Estas compañías muestran, ahora, una recuperación mucho más fuerte, entonces con los dos sectores tenemos una recuperación más clara”.
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– ¿Cuáles sectores tiran de la economía?
– Tenemos todas las industrias creciendo a tasas positivas y con un repunte sostenido, salvo la industria de la construcción, que sigue con variaciones negativas.
“Pero lo que da tranquilidad es que en el crecimiento trimestral anualizado en la industria de la construcción, alcanzó tasas positivas en setiembre, lo cual quiere decir que hay indicios de que la industria está en un proceso de recuperación”.
– ¿Dónde ven el mayor dinamismo, en la construcción privada o en la pública?
– En la privada. Tiene tasas de crecimiento negativas menos altas. A noviembre, la tasa interanual fue de -8,7% y la pública de -23,4%, hay una diferencia muy significativa.
– ¿Cuáles son los riesgos internos y externos para el proceso de recuperación de la economía?
– En los externos, son las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. También los riesgos geopolíticos entre los Estados Unidos e Irán, en semanas recientes, que podrían reflejarse en mayores precios del petróleo; pero el costo ya se está estabilizando y está a niveles cercanos de antes de los ataques y la muerte de (general iraní Qasem) Soleimani.
“En el lado interno, un aspecto clave es la confianza, tanto de los consumidores como de los inversionistas. En este momento, es el principal determinante para que el vigor de la demanda interna se pueda recuperar en el 2020.
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“Afortunadamente, al cierre del 2019, vimos un repunte en la mayoría de los indicadores de confianza, hubo un menor pesimismo de consumidores e inversionistas. Si esto se mantiene y se recuperan aún más, sí deberíamos ver un repunte más significativo en el consumo y, sobre todo, en la inversión. Enfatizo inversión, porque en el año 2019 cayó la inversión privada.
“En consumo, estará limitado por el alto endeudamiento de los hogares. No esperamos que se dé un rebote muy fuerte, sí debería impulsarse, pero no creemos que vaya a ser muy fuerte considerando que el endeudamiento de los hogares pone un freno al financiamiento del consumo vía operación crediticia”.
– Sobre los aspectos positivos que el Banco señala, ¿cree usted que logren impulsar el crecimiento de producción de Costa Rica por encima del 2,6%, previsto para el 2020?
– Seguimos trabajando en la actualización de las proyecciones para este año, pero ciertamente seguimos viendo un rebote en el 2020, respecto al 2019; seguimos viendo un proceso de recuperación y un crecimiento más alto para este año.
“Es muy importante en materia de la confianza lo que ocurra en el terreno fiscal. En la medida que las acciones del Gobierno sigan orientadas a la consolidación fiscal, por el lado de la mejora de los ingresos y la contención del gasto, pues habrá mayor nivel de confianza de los inversionistas externos y domésticos, y darán empuje a la demanda interna”.