S&P Global Ratings elevó la calificación de riesgo crediticio de Costa Rica a raíz de los mejores resultados fiscales del Gobierno Central y por el fuerte crecimiento de la economía del país. La agencia estadounidense colocó la nota de riesgo en BB-, con perspectiva estable, desde la B+ anterior.
La nueva calificación soberana costarricense implica que el país, como emisor de títulos valores, es menos vulnerable; pero puede enfrentar incertidumbres ante condiciones económicas y financieras. La nota previa significaba que el país era muy vulnerable a dichas condiciones.
“Costa Rica parece estar beneficiándose del nearshoring y el friendshoring. Las fuertes entradas de inversión extranjera directa (IED) y el crecimiento de las exportaciones de servicios podrían impulsar la tendencia de crecimiento del PIB (producto interno bruto). Eso, junto con un desempeño fiscal sólido, podría conducir a una mejora”, destacó S&P Global Ratings en el comunicado difundido este viernes.
La entidad también destacó el dinamismo del turismo, después de los efectos sufridos por la pandemia.
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La previsión de la calificadora es que el acceso al financiamiento oficial del Fondo Monetario Internacional (FMI) respalda la flexibilidad en el acceso a recursos del Gobierno y brinda confianza en los mercados de capital locales y globales.
De hecho, este viernes, la misión técnica del Fondo acordó girar $756 millones al país. Se trata del quinto giro por $271 millones del Servicio Ampliado del FMI (SAF), aprobado en marzo del 2021, y el segundo desembolso por $485 millones del Servicio de Resiliencia y Sostenibilidad, autorizado en noviembre del 2022.
Nogui Acosta, ministro de Hacienda, afirmó que la nota dada por S&P es el resultado del proceso de consolidación fiscal de mediano y largo plazo.
“Este respaldo de las calificadoras nos da tranquilidad en un momento en el cual tenemos un plan para colocar eurobonos en los mercados internacionales. Desde el Ministerio de Hacienda, reiteramos nuestro compromiso a seguir por esta senda”, dijo Acosta.
En materia fiscal, S&P destacó que el endeudamiento gubernamental como porcentaje de la producción llegó a su nivel máximo en los años 2020 y 2021 y, a partir de ese momento, empezó una modificación en la tendencia, la cual se mantiene hasta este año.
“El gobierno registró sólidos resultados de superávit primario durante el tercer trimestre (del 2023). Las mejoras en los ingresos derivadas de la reforma fiscal del 2018 están dando sus frutos y el gasto sigue contenido, también en línea con la reforma del 2018″, destacó la calificadora.
Además, agregó que la implementación de la regla fiscal y la reforma del empleo público contendrán el déficit fiscal.
A pesar de la mejora en las finanzas públicas, la calificadora destacó que la carga del pago de los intereses de la deuda aún es un reto para Costa Rica y pone en relieve la importancia de mantener superávit primario.
Otro de los retos señalados fue el contexto de mayores tasas de interés en los mercados internacionales, las cuales serán duraderas. Por eso, S&P consideró que la autorización de los diputados al Poder Ejecutivo para la emisión de deuda externa facilitará los planes de mejorar el perfil de la deuda.
“La Asamblea Legislativa aprobó una autorización de endeudamiento externo por $5.000 millones para el periodo 2023-2025. En nuestra opinión, indicaría un alivio de algunas de las tensiones sobre la gestión de la deuda y la flexibilidad financiera del Gobierno”, destacó la agencia.
En marzo pasado, el Ministerio de Hacienda acudió al mercado internacional y colocó $1.500 millones en eurobonos. Aún tiene autorización, para este 2023, para emitir deuda externa por otros $1.500 millones.