Standard & Poor’s (S&P) elevó la calificación de riesgo crediticio de Costa Rica desde “B” hasta “B+”, con perspectiva estable, debido a los sólidos resultados fiscales obtenidos por el país el año pasado.
“Costa Rica generó su primer superávit primario (sin contar intereses) en más de una década, en 2022, por medio de una sólida restricción de ingresos y gastos derivada de la implementación de la reforma fiscal del 2018, y un crecimiento del PIB (producto interno bruto) real de 4,3%”, informó la agencia estadounidense, en un comunicado publicado este jueves 23 de febrero.
La agencia destacó que la perspectiva estable en la nota soberana se fundamenta en que los resultados fiscales continúen sólidos, gracias a los efectos positivos de la reforma tributaria aprobada hace cinco años, así como el efecto positivo que tendrá la Ley de Empleo Público.
S&P argumentó que, el primer año del gobierno de Rodrigo Chaves, cosechó los frutos de los buenos resultados fiscales y la aprobación de un nuevo desembolso del acuerdo de Servicio Ampliado del Fondo Monetario Internacional (FMI), en parte por el legado de las políticas implementadas por el gobierno de Carlos Alvarado.
Sobre la posible reforma a la regla fiscal, la calificadora estadounidense destacó que esta norma es la responsable de la mejora en los datos de las finanzas públicas del Gobierno Central. Por lo tanto, la entidad espera que mantenga el “núcleo” de su principio y cualquier modificación necesitará de la aprobación del Congreso.
Para este año, S&P prevé un leve aumento del déficit fiscal como consecuencia de la desaceleración del crecimiento a raíz de la situación económica global. Del -2,5% del PIB registrado en el 2022, se pasará a -3,7% de la producción. Aunque sí considera que Costa Rica mantendrá la confianza de los mercados para su financiamiento.
“El éxito en aprovechar los mercados globales de capital en términos favorables este año probablemente se basaría en señales de compromiso fiscal continuo y cumplimiento de las revisiones del FMI”, recalcó la agencia en su comunicado.
La calificadora fue enfática en que, continuar en la senda de la contención del gasto, será la vía para que el país mantenga la ruta de la reducción del endeudamiento.
En el 2022, el Gobierno Central finalizó con una deuda equivalente al 63,8% del PIB, respecto al 68% de la producción en el 2021. S&P proyectó que para este año dicho indicador sea del 61,4% de la producción.
Para el periodo comprendido entre el 2023 y 2026, la calificadora prevé un crecimiento promedio anual del 3,1% de la producción a pesar de la incertidumbre internacional, debido al dinamismo de las exportaciones, la inversión en las zonas francas y la recuperación del turismo.
El Banco Central de Costa Rica (BCCR) proyectó en su Informe de Política Monetaria, presentado en enero pasado, que la economía nacional crecería 2,7%, este año, y 3,5% del PIB, en el 2026.
Tareas pendientes son parte del mensaje
Nogui Acosta, ministro de Hacienda, consideró que el aumento de la nota de riesgo es un voto de confianza para la política fiscal de Costa Rica. Además, dijo que el Gobierno está comprometido con la contención del gasto público.
“Esta mejora en la calificación crediticia (...) significa que hay un menor riesgo país, que los inversionistas pueden estar seguros que hay buenas condiciones para sus actividades, que van a bajar las tasas de interés, que Costa Rica podrá colocar con mayor facilidad los eurobonos en el mercado internacional con buenas condiciones financieras”, dijo el titular.
Para el economista José Luis Arce, el anuncio es una buena noticia porque es una señal de que la percepción de riesgo económico y fiscal de Costa Rica ha mejorado. Sin embargo, llamó la atención a que la calificación quedó con perspectiva estable, lo que en su opinión significa que no ven cambios en los próximos 12 meses.
“Aún hay muchas cosas que hacer como la implementación de empleo público, la disputa en torno a la regla fiscal y los posibles enfrentamientos entre el FMI y el Gobierno”, apuntó
Arce estimó que más que la mejora de la calificación de riesgo, es más revelador que falta más camino por andar. “S&P no se sube al carro del ultra optimismo de algunos en el mercado adentro y afuera de Costa Rica”, aseguró.
Recordó que este ajuste de la calificadora es producto de haber hecho el ajuste fiscal del 2018. Además, los mercados esperaban esta mejoría en la calificación del riesgo crediticio del país porque ya los precios de la deuda costarricense venían mostrándolo hace meses.
“Los precios no van a mejorar más de lo que ya han mejorado en los últimos meses”, señaló.
Sobre el efecto en la colocación de los eurobonos, dijo que serán positivos. “El Gobierno de la República, junto con los bancos líderes de esta colocación, van a mostrarlo como un espaldarazo de las calificadoras de riesgo al proceso de ajuste”, comentó.
En diciembre del 2022, el presidente de la República Rodrigo Chaves, firmó la ley que autoriza al Gobierno a colocar $5.000 millones en eurobonos: $1.500 millones en los primeros seis meses del 2023 y otros $1.500 millones en la segunda parte de este año; otros $1.000 millones, en el 2024; y $1.000 millones, en el 2025.
El 10 de febrero reciente, el Ministerio de Hacienda anunció las dos entidades financieras que colocarán los primeros $1.500 millones en el mercado de valores internacional, se trata del banco español Santander y el estadounidense, JP Morgan.