San José
La empresa calificadora de riesgo Standard & Poor's (S&P) confirmó sus calificaciones soberanas de largo plazo en moneda local y extranjera para la deuda de Costa Rica y mantuvo la perspectiva negativa, según un comunicado difundido este viernes 23 de febrero.
La calificación se mantuvo en "BB-", lo cual significa que son inversiones riesgosas, especulativas, muy propensas a los cambios económicos.
"Las calificaciones de Costa Rica reflejan su rigidez monetaria, la presencia de déficits fiscales consistentemente elevados que continúan traduciéndose en una creciente carga de la deuda y el aumento de los pagos de intereses", señaló S&P en el comunicado.
El 10 de febrero pasado la agencia Moody's degradó la calificación de riesgo de Costa Rica y mantuvo la perspectiva negativa, mientras que el 19 de enero la otra empresa Fitch también bajó la calificación del país desde BB+ negativa hasta BB con perspectiva estable.
Todas las calificadoras le han castigado al país el fuerte déficit fiscal que arrastra desde hace siete años y que eleva cada año la carga de su deuda.
Fernando Rodríguez, viceministro de Hacienda, encargado de ingresos, consideró que el resultado refuerza la necesidad de alcanzar un acuerdo en la Asamblea Legislativa.
"Reforzar el mensaje que hemos dicho en los otros casos, la necesidad de un acuerdo a nivel de Asamblea para avanzar en esto. El tema no se va a solucionar sin acción legislativa. El comunicado lo deja muy claro", dijo Rodríguez.
"Nos preocupa, igualmente, la perspectiva negativa; existe el riesgo de que la calificación a futuro pueda bajar, nuestra gran vulnerabilidad sigue siendo el nivel de deuda, si no se logran tomar decisiones y ejecutar acciones ya en niveles importantes que permitan reducir el déficit primario (exceso de gastos sin intereses sobre los ingresos totales) no va a ser posible estabilizar el nivel de deuda o inclusive bajarla un poco", añadió Rodríguez.
Advertencias. Según la agencia, además, sus déficits de la cuenta corriente (exceso de compras sobre ventas de bienes y servicios al exterior) han deteriorado la posición externa del país en los últimos años, empeorando sus indicadores de deuda externa y de pasivos en general.
"Las calificaciones también reflejan el moderado crecimiento del PIB real –aunque consistente–, su sistema político estable y sus indicadores sociales que son mejores que los de sus pares", indicó S&P.
La agencia espera que el crecimiento del PIB (producto interno bruto) de Costa Rica sea de 4% en el 2017, frente a un estimado de 4,3% del año pasado. El crecimiento del PIB podría promediar 4% en los siguientes tres años, equivalente a un crecimiento per cápita de alrededor de 2,8%.
"El prolongado estancamiento en el Congreso sobre las políticas para impulsar los ingresos fiscales y contener el gasto gubernamental ha contribuido a debilitar las finanzas públicas. Durante ya algunos años, el Congreso ha estado discutiendo propuestas de reformas fiscales sin alcanzar ningún acuerdo significativo", enfatizó S&P.
Añadió que a medida que se acerca el proceso electoral, es muy poco probable que se apruebe alguna reforma fiscal antes de esa fecha.
El déficit fiscal del gobierno general de Costa Rica bajó a 5,2% del PIB, en el 2016, desde 5,7%, en el 2015 (su definición de gobierno general incluye al banco central, las agencias gubernamentales descentralizadas y al sistema de seguridad social).
"Dado que los sueldos y salarios están indexados, la reducción del déficit se explica principalmente por la inflación que fue nula durante los últimos dos años. Esto compensó el incremento de 15% en el pago de intereses y el crecimiento de 9,6% en transferencias. Proyectamos que el déficit del gobierno general será de 5,5% en 2017 y de alrededor de 6% en promedio durante 2018-2019", dijo la agencia.
Para 2017, la agencia proyecta que la deuda neta del gobierno general podría situarse cerca de 43% del PIB y que cerraría 2019 en un nivel de 50%.
"Este porcentaje es marcadamente superior al 21% del PIB en 2010. A su vez, los pagos de intereses rebasarían el 3% del PIB en 2017, o casi 12% de los ingresos del gobierno general. Una fuente adicional de vulnerabilidad es el hecho de que 36% de la deuda soberana está denominada en dólares, lo que expone a Costa Rica ante una repentina modificación adversa en el tipo de cambio", advirtió la agencia.
La agencia también advierte que el perfil externo de Costa Rica se ha deteriorado en los últimos años. Esperamos que la deuda externa neta en sentido estricto (deuda externa neta menos reservas oficiales, otros activos externos líquidos en manos del sector público y los activos externos del sector financiero) de Costa Rica llegue a 55% de los ingresos de la cuenta corriente en 2017, más del doble frente al 24,5% registrado en 2012.
"En tanto, los pasivos externos netos del país podrían acercarse a 150% de los ingresos de la cuenta corriente este año, desde 94% hace cinco años. Una mayor erosión del perfil externo del país, que potencialmente se presente como reflejo de shocks externos adversos o de eventos fiscales, podría debilitar la calificación", consideró la agencia..
La agencia espera que la inflación regrese al objetivo del banco central de 3% (más o menos un punto porcentual) en 2017 y 2018.
"La combinación del incremento en la inflación, el esperado incremento en las tasas de interés de Estados Unidos y las sustanciales necesidades de financiamiento del sector público, probablemente lleve al Banco Central a subir su tasa de política monetaria. Esperamos que el Banco Central continúe interviniendo en el mercado cambiario para aliviar la volatilidad cambiaria", añadió.