La Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica acordó, en su sesión de este miércoles, aumentar de nuevo la tasa de política monetaria (TPM), esta vez de 8,50% a 9%.
Este es el octavo aumento de esta tasa desde diciembre del 2021, con lo cual se busca encarecer el crédito para bajar la demanda interna por bienes y servicios y así reducir las presiones sobre los precios. El proceso ayuda a que la inflación retorne a su meta de 3%.
La tasa de política monetaria es una tasa de referencia que establece el Banco Central y es importante porque tiene impacto en el resto de tasas del mercado, tanto las de ahorros como las de créditos.
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La Junta también acordó fijar la tasa de interés bruta de los depósitos electrónicos a un día plazo (DON) en 6,79% anual, a partir del 27 de octubre.
Bajar la inflación
En el comunicado, enviado este 26 de octubre, el Banco Central explicó que una inflación baja y estable tiene varias ventajas: protege el poder adquisitivo de la población, reduce los costos de transacción e información y facilita el cálculo económico. Estas condiciones favorecen la eficiente asignación de recursos en la economía y, de esta forma, inciden positivamente en la actividad económica y en la generación de empleo.
En setiembre pasado, la variación interanual del índice de precios al consumidor fue de 10,37% y en setiembre del 2022 las expectativas de inflación para los próximos 12 meses, según la encuesta que realiza el Banco Central alcanzó un 7,9%. Ambos se encuentran todavía por encima de la meta del Banco Central de 3%.
Los precios al productor de la manufactura, por su parte, alcanzaron en setiembre una variación interanual de 14,1% (15,8% en el mes previo). No obstante, los dos dígitos representan un factor de riesgo al alza sobre la inflación al consumidor.
“Es crítico procurar que estas expectativas se ubiquen en una senda consecuente con la convergencia hacia la meta inflacionaria de mediano plazo del Banco Central de Costa Rica (3%, en términos interanuales), para evitar el arraigo de presiones inflacionarias que deterioren aún más el poder adquisitivo de los costarricenses y retrase el retorno de la inflación a valores coherentes con la meta antes indicada”, indicó el Banco Central.
El Banco indicó que con la mejor información disponible a la fecha, se prevé que la inflación general habría alcanzado su máximo interanual en agosto último y que los modelos proyectan que la inflación general y subyacente retornarían al rango de tolerancia alrededor de la meta en el segundo semestre del 2024.
Aunque la inflación se ha desacelerado, la Junta consideró que se requiere continuar con el proceso de ajuste al alza de este indicador, aunque a un menor ritmo, para consolidar el punto de inflexión en los diferentes indicadores de inflación. De esta forma baja la probabilidad de efectos de segunda ronda que prolonguen el periodo de alta inflación, una vez superado el choque externo.
Impacto en tasas
“El Banco Central reconoce la presión alcista que ejercen los incrementos en la tasa de política monetaria sobre las tasas de interés del sistema financiero y sus implicaciones sobre la demanda de crédito, el ingreso disponible y la actividad económica”, indicó.
Por ello, añadió, busca la convergencia de la inflación a niveles bajos y al menor costo posible en términos de crecimiento económico, para lo cual es necesario actuar con prudencia, pero con firmeza, en reducir la persistencia de los altos niveles de inflación.
El Banco estima que el incremento en la TPM que se aprueba en esta oportunidad sería suficiente para establecer una postura evidentemente restrictiva de la política monetaria.