El ascenso del saldo de los préstamos en dólares en Costa Rica, al cierre del 2023, ya encendió las alertas en la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), pues el 97% de los deudores en moneda extranjera tienen sus ingresos en colones.
A noviembre del año pasado, el monto del crédito en la divisa otorgado por la banca al sector privado (empresas y familias) fue de $13.284 millones con un crecimiento interanual del 9,5%, respecto a los $12.128 millones en el mismo periodo del 2022, según datos del Banco Central de Costa Rica (BCCR).
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Rocío Aguilar, jerarca de la Sugef, reconoció que el aumento de los préstamos en moneda extranjera representa un riesgo para el sistema financiero.
“El reto que tenemos, y esperamos que no se convierta en un riesgo hacia adelante, es que crece la cartera en dólares, y esto siempre agrega incertidumbre”, advirtió la funcionaria.
La reactivación de la demanda de financiamiento en dólares ocurre después de varios años de retroceso pues los recursos prestados en moneda extranjera registraron variaciones negativas entre diciembre del 2018 y setiembre del 2022, según muestran los datos del BCCR.
Las razones detrás del cambio de tendencia fueron el rápido incremento en las tasas de interés en colones, en el 2022, y la tendencia a la baja en el tipo de cambio del dólar respecto al colón durante el año pasado, coincidieron economistas consultados por La Nación.
El ente emisor efectuó, dos años atrás, un incremento acelerado de su tasa de política monetaria (TPM), para llevarla del 0,75% al 9%, como medida para combatir el alza en la inflación que llegó, en agosto del 2022, al 12,13%.
El año pasado, el BCCR empezó con la reducción de la TPM hasta ubicarla en el 6% actual. Sin embargo, durante el proceso de ascenso así como en el de disminución, los intereses en moneda nacional siempre estuvieron por encima de las tasas en dólares.
Para el economista José Luis Arce, la dolarización del crédito dependerá del arbitraje entre las tasas de interés en colones y las de dólares, y la rapidez con que la banca reduzca sus tasas activas (las de los préstamos).
“Las tasas locales en dólares estarán determinadas por las decisiones de la Reserva Federal y probablemente veremos tasas (en dólares) bajando a lo largo de este año”, comentó este especialista.
Arce consideró que el Banco Central tendrá, en el 2024, espacio para disminuir su TPM.
El otro elemento que favoreció el incremento del saldo de la deuda de los costarricenses en moneda extranjera fue la tendencia a la baja en el precio del dólar durante el año pasado.
La divisa pasó de cotizarse casi a ¢700, a mediados del 2022, a un rango de entre ¢560 y ¢520, durante la mayor parte del 2023.
La previsión para este año es que el valor de la divisa se mantenga en un nivel similar, pues la abundancia de dólares en la economía costarricense continuará en el 2024.
Rodrigo Bolaños, expresidente del Banco Central, consideró que la percepción de estabilidad no puede darse por sentada.
“Hace tiempo se cayó en la ficción de que la tasa de interés en dólares es más barata que en colones. Pero se suma el riesgo; cuando se hace un análisis se debe tomar en cuenta el diferencial de tasas, pero no puede pensarse que el diferencial cambiario es cero, porque no es cero”, sostuvo Bolaños.
El economista sí consideró que, en la actual coyuntura, la reversión en el tipo de cambio, hacia un ascenso en el precio, no es una situación inminente.