Washington. El presidente Donald Trump reconoció este lunes 9 de abril que los granjeros podrían verse afectados por la creciente disputa arancelaria con China, pero prometió compensarlos y les aseguró que "estarán mejor que nunca".
Durante una reunión de su gabinete, Trump abordó la advertencia china de imponer aranceles a la soya y otros productos agrícolas estadounidenses, medida que podría perjudicar a los granjeros de la región centro-norte, muchos de ellos firmes partidarios del presidente.
"Si en el curso de la negociación quieren perjudicar a los productores agrícolas porque creen que eso me perjudica, no diría que eso es agradable, pero les digo que nuestros granjeros son grandes patriotas", declaró Trump. "Ellos comprenden que están haciendo esto por el país. Los compensaremos. A la larga serán mucho más fuertes que ahora".
Pekín advirtió que impondrá aranceles debido a la decisión de Trump de decretar medidas proteccionistas como castigo al robo de propiedad intelectual estadounidense por parte de China. Estados Unidos compró el año pasado más de $500.000 millones de mercancías chinas y planea o sopesa aplicar impuestos a $150.000 millones de ese volumen. En 2017, Estados Unidos exportó a China mercancías por $130.000 millones y podría sufrir un golpe devastador si Pekín adopta medidas recíprocas.
Sarah Huckabee Sanders, portavoz de la Casa Blanca, dijo que Trump trabaja con su equipo "para determinar la mejor manera de responder al ataque de China contra los granjeros estadounidenses", y solicitó al Departamento de Agricultura que le presente un plan para protegerlos.
Se han aprovechado
En medio del nerviosismo que estas fricciones han suscitado en los mercados globales, Trump dijo este lunes que tenía una buena relación con China y su presidente Xi Jinping, pero reiteró su afirmación de que el gobierno chino "se ha aprovechado de Estados Unidos durante muchos años". Afirmó que no culpa a China sino a las autoridades estadounidenses por crear un conjunto de reglas comerciales "asimétricas".
Horas antes, Trump tuiteó sobre el "comercio estúpido" con China, y dijo que cuando un vehículo de fabricación china es enviado a Estados Unidos, el arancel es de apenas 2,5%, pero a los vehículos estadounidenses exportados al país asiático les aplican impuestos por 25%.
China cobra derechos por un total de 25% a la mayoría de los vehículos importados: un arancel aduanero de 10% y un gravamen automovilístico de 15%. Desde diciembre de 2016, Beijing también cobra un impuesto adicional de 10% a los vehículos de "súper lujo" cuyo precio rebasa 1,3 millones de yuanes ($200.000) .
El presidente hizo de su promesa de corregir el desequilibrio comercial con China una parte central de su campaña electoral, en la que con frecuencia utilizó un lenguaje incendiario para describir cómo Pekín "violaría" económicamente a Estados Unidos.
Sin embargo, aunque Trump buscó acercarse a Xi y apremió a China a que contribuyera a eliminar las ambiciones nucleares de Corea del Norte, ha intensificado la presión económica y amenazado con imponer aranceles al país asiático, medida a la que se oponen muchos de sus correligionarios republicanos.