La economía de la Unión Europea (UE) tendrá en el 2023 un crecimiento levemente mejor de lo esperado y una inflación en moderación, escapando por poco a un cuadro recesivo, anunció la Comisión Europea.
En su informe, publicado este lunes 13 de febrero, con las proyecciones para la el desempeño económico del bloque, la Comisión revisó marginalmente al alza su previsión para el desempeño económico de la eurozona este año, a 0,9%.
Esto representa una mejora de 0,6 punto porcentual con relación a su anterior informe.
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Para el conjunto de la UE, incluyendo a los países que no utilizan la moneda común, la Comisión proyectó un crecimiento de 0,8%, mejorando de esa forma en 0,5 punto porcentual la expectativa anunciada en su anterior informe.
“A pesar de golpes adversos excepcionales la economía europea deberá escapar por poco de la recesión técnica que se había anticipado para este inicio de año”, apuntó la Comisión en una nota.
Simultáneamente, la Comisión rebajó a 5,6% su proyección de inflación en la eurozona para 2023 y consideró que el tope máximo de la tendencia ya fue superado, por la desaceleración registrada en los precios de la energía.
La trayectoria de la inflación en la zona del euro, que alcanzó un máximo de 10,6% en octubre pasado, suma tres meses de leves bajas consecutivas, y esa tendencia sugiere que el tope ya quedó atrás, apuntó la institución en un comunicado.
“La economía de la UE inició el 2023 en una situación más saludable de lo esperado”, destacó el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, al presentar el informe.
El escenario sugiere que la economía de la UE deberá escapar por poco de la recesión técnica que se proyectó en el otoño, agregó el alto funcionario.

Vientos en contra
Entre las principales economías de la eurozona, Alemania deberá cerrar 2023 con aumento de su producto interno bruto (PIB) del 0,2%; con 0,6%, en Francia; y 0,8%, en Italia. España, en tanto, proyecta un sólido crecimiento de 1,4%.
Hace dos semanas, la agencia europea de estadísticas Eurostat, había puesto de manifiesto que la UE alejaba levemente la perspectiva de una recesión que a fines de 2022 parecía inminente.
No obstante, la Comisión apuntó que “los vientos en contra continúan fuertes”.
De acuerdo con Gentiloni, los europeos aún tienen por delante un período difícil en que el crecimiento podrá desacelerarse, mientras que la inflación cederá su presión solamente en forma gradual.
“Por ello debemos mostrar la misma ambición que en los últimos tres años para enfrentar los desafíos que enfrentamos ahora con respuestas comunes”, apuntó.
En su informe, la Comisión señaló que empresas y consumidores siguen enfrentando altos costos de energía y la inflación subyacente aún experimentó alza en enero, en un cuadro que erosiona la capacidad de compra de los hogares.
Además, apuntó la Comisión, mientras persistan las presiones inflacionarias, el ajuste monetario deberá continuar, lastrando de esa forma la actividad empresarial y las inversiones”.
“Los efectos de ese ajuste monetario se están haciendo visibles”, apuntó Gentiloni.
Los costos de financiación para hogares y corporaciones han subido bruscamente a lo largo de 2022, mientras que el crecimiento de los préstamos bancarios ha iniciado un fuerte desaceleración, apuntó Gentiloni.