Un comentario recurrente en Costa Rica es el elevado precio de los medicamentos. Don Marcio Aguilar, de 73 años, está pensionado desde hace 11 años y ahora gasta más de ¢30.000 mensuales para comprar su tratamiento para la diabetes, ya que la oferta del seguro social no respondía a sus necesidades.
“Hay mucho medicamento caro y en muchos casos se vuelve inaccesible para la gente”, afirma don Marcio, ingeniero mecánico de profesión y habitante de Goicoechea.
¿Pero qué provoca los altos precios en las medicinas? El Estudio de mercado del sector farmacéutico, elaborado por la Comisión para Promover la Competencia (Coprocom), buscó la respuesta a esta pregunta y reveló algunas explicaciones, entre ellas la tardanza de hasta tres años en el registro sanitario, aunque hay otros elementos que también inciden.
El análisis, a cargo de Alexander Elbittar, consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), destaca que comparar los precios de medicamentos entre farmacias de distintos países es un desafío complejo debido a múltiples factores que afectan el acceso y los costos de estos productos. Entre estos se encuentran el diseño y la operación de los sistemas de salud pública y privada, así como la articulación de la cadena de provisión y distribución.
En Costa Rica, aunque los precios en el mercado privado se perciben elevados, el documento refiere que el acceso casi universal a medicamentos que ofrece el sistema público, financiado mediante contribuciones a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), compensa en parte esta diferencia. Sin embargo, don Marcio explicó que en ocasiones el gasto es necesario en busca de calidad y efectividad.
“Estoy esperando una cita para ver si es posible cambiar el medicamento que uso. Aunque definitivamente es una mejor opción y no es barato, me enfrento a ocasiones en que no lo encuentro. Voy a esperar qué es lo que me recetará el seguro y lo valoraremos”, comentó.
Durante la presentación oficial del estudio, este miércoles, Elbittar dijo que los medicamentos son más costosos por tratarse de un país de ingresos medios, donde los precios tienden a ser más elevados debido a una mayor capacidad de pago. Además, Costa Rica es un importador neto (compra más medicamentos del exterior de los que vende) y cuenta con un mercado de tamaño limitado que reduce el poder de negociación frente a los laboratorios.
El consultor destacó además que el registro sanitario “es lento y oneroso”, el país carece de armonización a la normativa regional y existe una alta desconfianza en los medicamentos genéricos sin marca.
Elbittar dijo que hay “preocupación” que el ente regulador de los registros sanitarios (Ministerio de Salud), requiere de más recursos para atender la demanda creciente de la aprobación y verificación de la calidad de los medicamentos.
“Costa Rica tiene que garantizar los niveles de seguridad y confianza para el público, sin embargo en el análisis de los tiempos nos encontramos que la certificación dura entre 14 y 17 meses, más otros trámites, el total puede durar hasta tres años”, aseveró.
La Nación solicitó al Ministerio de Salud sus comentarios respecto a los hallazgos del estudio, al cierre de esta nota se estaba a la espera de respuesta.
José David Zúñiga, director del Centro de Servicios Compartidos de Grupo Dökka, uno de los mayores distribuidores de medicamentos del país, dijo que como empresa entienden la situación actual respecto al precio de los medicamentos y consideran relevante lograr una solución efectiva en cuanto al costo y acceso de estos.
Zúñiga refirió que han insistido en la importancia de contar con un diagnóstico preciso y completo que permita identificar las causas raíz y las oportunidades de mejora en la cadena de valor. Este estudio de Coprocom puede ser un punto de partida.
“Hemos sido constantes, incluso con anterioridad a esta iniciativa, en externarle a las autoridades que estamos dispuestos a abrir espacios de diálogo con diferentes actores, donde brindemos nuestro conocimiento y experiencia. Esto nos permite un amplio entendimiento del modelo de distribución y venta de medicamentos en el país y discutir cómo podemos impulsar reformas que ayuden a bajar los precios”, apuntó Zúñiga.
El estudio propone alternativas para incrementar la competencia en el sector farmacéutico. Entre estas medidas se incluyen la agilización del proceso de registro sanitario para reducir los tiempos y mejorar la capacidad de respuesta de las autoridades regulatorias.
Asimismo, plantea armonizar la regulación con otros países de Centroamérica y el Caribe para facilitar la entrada de nuevos productos seguros y evitar la redundancia de trámites. Además, recomienda fomentar la confianza en genéricos
Así se compone el mercado farmacéutico
El sector farmacéutico en Costa Rica está compuesto por tres actores principales: los laboratorios farmacéuticos, que se enfocan en la producción de medicamentos, con una mayoría de actores internacionales, y un sector nacional especializado en genéricos.
El mercado cuenta con 51 laboratorios, de los cuales nueve de los 10 con mayor participación son extranjeros y pertenecen en su mayoría a las grandes farmacéuticas (Big Pharma) que registran medicamentos innovadores. Entre los laboratorios nacionales, el de mayor participación es Gutis, el único que figura en el top 10 del mercado costarricense. Otras empresas nacionales del sector incluyen Stein, Laboratorios Raven, Alcames Laboratorios Químicos de CA, LACOFA, Medipharma, Calox, Chemo, Lisan y Speratum. Todas se especializan en la producción de genéricos.
El siguiente eslabón en la cadena son las droguerías o distribuidoras, responsables de la importación, almacenamiento y distribución mayorista. Estas actúan como intermediarias entre los laboratorios y otros distribuidores mayoristas o farmacias.
El estudio destaca que, en Costa Rica, las droguerías son los únicos agentes económicos autorizados por la ley para importar medicamentos, lo que les confiere un rol central en la cadena de valor del sector farmacéutico. Este papel es especialmente relevante dado que el país es un importador neto de medicamentos.
En cuanto a los impuestos a la importación, el documento señala que los medicamentos pagan solo el 2% en impuestos y aranceles, lo que facilita la entrada de productos importados.
El Grupo Dökka, conformado por Distribuidora Cefa, Distribuidora EOS, Farmacia La Bomba, Laboratorios Labinsa, Farmacias Fischel, Cefa Nicaragua y Celmar, lidera el mercado de las droguerías con aproximadamente el 35% de participación, seguido de GFI (Grupo Farmanova Intermed) y Cofasa, cada una con el 20%. Según el Colegio de Farmacéuticos, existen 257 droguerías pertenecientes a 237 personas jurídicas.
Finalmente, están las farmacias, el canal minorista que incluye cadenas y establecimientos independientes, con un mercado en expansión, especialmente en cadenas de bajo costo.
La CCSS cuenta con el mayor número de farmacias, con 422 establecimientos, es decir, alrededor del 24% del total. En segundo lugar, se encuentran las Farmacias La Bomba y Fischel, pertenecientes a Grupo Dökka, con 124 establecimientos en conjunto, seguidas por Walmart, que tiene 94 farmacias dentro de sus supermercados. En cuarto lugar están Farmacias Sucre y Santa Lucía, de GFI, con 66 establecimientos.
Farmavalue, del grupo Centroamerican Consulting and Capital (3C), opera 47 sucursales, mientras que Saba, de origen hondureño, cuenta con 35 ubicaciones. Otras cadenas incluyen La Arboleda, AM PM y Price Smart. A 2023, Costa Rica contaba con cerca de 1.700 farmacias.