Se es líder a partir de una situación, no a partir de la casilla que ocupemos en el organigrama. Todos en la empresa deben estar listos para liderar. ¿Cómo prepararnos?
Liderar es entusiasmar a otros. ¿Sin una buena comunicación, cómo vamos a poder entusiasmarlos? Toda comunicación eficaz comienza por la construcción de confianza. ¿Cómo construir confianza si nunca nos vemos, nunca conversamos sobre cosas significativas? (Cosas no significativas: clima, futbol y hablar de todo lo que anda mal).
Cultive su integridad. La integridad invita a cerrar filas en torno a ella. Integridad es carácter. Es valentía, que no es lo mismo que bravuconería. Es la disposición a intentar lo deseable, no porque sea fácil, sino porque es deseable. Aunque sea difícil. Y tal vez, porque es difícil. Integridad es afán de verdad. Afán de dar a cada uno lo suyo. Sin preferencias ni argollismos. Es ser como se debe.
LEA MÁS: Columna Vida en la Empresa: Líderes de ruptura
Levante la mirada desde lo cotidiano. No se necesita un líder para conducir el día a día. El líder conduce hacia el futuro. Hacia terrenos desconocidos. No deje que la minucia operativa lo deje sin tiempo para imaginar lo que debería ser.
Ábrale espacio a los sueños. Pasito a pasito podemos mejorar lo presente, pero no lo revolucionaremos. Hay que imaginar saltos de rana, que nos despeguen de lo actual y nos lleven ahí donde parecía imposible llegar. Una mejor situación siempre es posible e imaginable. Pero del líder se espera que nos lleve a una mejor situación que no imaginábamos. Que soñar sueños realizables encuentre espacio en su agenda. La empresa tiene una visión. Pero cada unidad de trabajo, y casi cada puesto, debería tener su visión coherente con aquella.
Descubra y cultive a los que primero apoyarán el sueño, el intento, el salto de rana. Nadie lidera en soledad. La contribución del líder se debe a la respuesta de los seguidores. Detecte a aquellas personas no conformistas, para quienes el presente es solo una estación en el camino, y quienes no gastan toda su energía únicamente en marcar el paso, sino que tienen energía suficiente para escalar, emprender, explorar. Esos son quienes iniciarán el camino con usted. Detrás vendrán los demás.
Todos en la empresa deberían cultivar estas prácticas. Si se verán en situación de liderar o no, el tiempo lo dirá. Pero esta preparación los hará mejores seres humanos, y tal vez un día, buenos líderes.