París, 21 sep (EFE).- El primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, intentó hoy acercarse a los franceses y recuperar su popularidad en una comparecencia televisiva en la que se mostró confiado en superar las principales dificultades actuales del país.
En una larga intervención en el canal M6, salpicada de reportajes e intervenciones de representantes de la sociedad, Raffarin fue preguntado sobre los aspectos que más preocupan a la opinión pública, desde la sanidad hasta la inseguridad, sin olvidar el empleo, y resaltó los esfuerzos de su gobierno para afrontarlos con reformas ya emprendidas o por venir.
"Soy un primer ministro desinteresado", dijo sobre la fuerte caída de su popularidad, y subrayó que no tiene miedo a "afrontar las dificultades", al tiempo que afirmó que "la Francia del futuro debe ser la Francia de la seguridad y la apertura, basada en los valores republicanos" de libertad, igualdad y fraternidad.
Su "Agenda 2006" que se dispone a anunciar abordará todos "los objetivos, un método y un diseño de reformas programadas semestre por semestre" porque "Francia debe enfrentarse al siglo XXI con movimiento".
Sobre el plan para salvar al grupo industrial Alstom, que mañana debe recibir el visto bueno de los bancos acreedores primero y de la Comisión Europea después, Raffarin se mostró "confiado".
Raffarin afirmó que "hemos hecho entender a todos" que la suspensión de pagos de este grupo de "120.000 asalariados", necesario "para Francia y Europa", sería una "catástrofe".
Por otra parte, en respuesta a la creciente preocupación de los franceses por los planes de despidos colectivos y reestructuraciones empresariales, el jefe del Ejecutivo conservador se pronunció por "el derecho a la recolocación".
Tras saludar el reciente acuerdo entre patronal y sindicatos sobre el derecho a la formación individual a lo largo de la vida, dijo que "quiero ir más lejos".
"Voy a proponer, con el acuerdo de los interlocutores sociales", que antes de Navidad el Parlamento vote una ley que "no sólo reconozca el derecho individual a la formación sino también el derecho a la recolocación", incluso regional en ciertos casos.
"No quiero que el asalariado, el trabajador, el obrero, tenga que sufrir las consecuencias de la globalización", subrayó Raffarin.
Tras el aumento de la inseguridad en un 10 por ciento en los últimos cinco años, Raffarin se comprometió ante los espectadores a reducirla en los próximos cinco en un 20 por ciento, al tiempo que abogó por la necesidad de "reestructurar los barrios".
Al abordar las carencias sanitarias puestas de manifiesto con la canícula, que causó más de 11.000 muertos en agosto pasado, el primer ministro reconoció que la reforma de los sistemas de urgencias es "una prioridad".
"En los últimos diez años hemos subestimado los servicios de urgencia. Es preciso convertirlos en una prioridad y revalorizarlos con más personal y más medios, para que sea un dispositivo esencial en el sistema sanitario", dijo.
En temas sociales, abogó por la reforma de la ley sobre las drogas para que el fumador de cannabis sea multado y no encarcelado, pero que el traficante o quien incite a otros a fumar "porros" vaya a la cárcel, porque "para que una pena sea eficaz debe ser creíble".
Sobre la situación de la escuela, un "asunto difícil", abogó por una "reforma de la educación nacional" consensuada "con el conjunto de la comunidad educativa" porque "la escuela es la nación".
El primer ministro aseguró que su gobierno "hará los esfuerzos necesarios" para solucionar la carencia de personal, aunque recordó que la educación se lleva la partida "más alta" en los presupuestos del Estado.
Interrogado sobre el controvertido uso del velo islámico, Raffarin aseguró que "si no hay acuerdo" para no llevarlo en el colegio, "será necesaria una ley, porque la escuela no es un lugar de propaganda ni política ni religiosa".
"Cada uno pude practicar su religión en libertad, pero no creo que la escuela de la República debe ser el lugar donde se muestren los compromisos religiosos", añadió. EFE
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