Nada tan efectivo como tener mucho cuidado, pero si eso falló y su tarjeta de crédito fue a dar a otras manos, ahora algunos emisores le ofrecen protegerlo, al menos en parte, de pagar cuentas ajenas.
Los seguros que brindan algunas compañías en el país para sus tarjetas, garantizan que, mediante el pago de una cuota mensual, las consecuencias de un robo podrían ser menos onerosas.
Aval Card, en su tarjeta Visa, ofrece un plan con ese fin que llaman protección FREA.
Jessenia Cartín explicó que mediante el pago de $1 mensual adicional, la empresa ofrece cubrir el 80 por ciento de las compras hechas durante las 48 horas posteriores al robo.
Con este sistema, explicó la funcionaria, el cliente dispone de dos días para reportar el robo, por si no había notado la sustracción de su tarjeta.
El aseguramiento por robo de tarjeta también lo ofrece la compañía Credomatic, exonerando al tarjetahabiente del pago del 100 por ciento del monto que se gaste una vez reportado la desaparición.
De lo que se utilice antes del reporte, cubren un 80 por ciento, y si el cliente es víctima de una estafa con duplicado de su tarjeta y esta no ha salido de su poder, entonces le reconocerán el total de lo facturado en el ilícito.
Para contar con esos seguros, Credomatic cobra, por mes, ¢100 en tarjetas locales, $1 en internacionales y $2 en una dorada.
En el caso de los bancos estatales, las entidades consultadas dijeron no contar con el sistema, aunque el director de Visa-Bancrédito, Urías Ugalde, afirmó que pidieron al Instituto Nacional de Seguros que analice la posibilidad de ofrecerles ese producto.
Por si acaso
La opción que sí resulta más común entre las diversas tarjetas es la de seguros de vida y cancelación de deudas por muerte del tarjetahabiente.
En el caso VisaBanco de Costa Rica, Carlos Coto explicó que sobre los saldos del cliente se cobra un 0,03 por ciento mensual con el fin de cubrir su deuda ante un eventual fallecimiento. La opción es voluntaria, pero su existencia implica que el fiador quedará exento de cubrir la deuda.
BancréditoVisa cuenta con una póliza de vida colectiva en la que el tarjetahabiente paga ¢400 mensuales por cada millón de crédito disponible.
Ante una muerte, el seguro cancela la deuda y el monto sobrante se entrega al beneficiario.
En el caso de Aval Visa, también incluyeron para sus clientes la posibilidad de adquirir el plan Aval asistencia.
Con este seguro, que implica un recargo de $5 mensuales, la empresa se compromete a brindar ayuda en carretera, en traslado a hospitales y en asistencia médica hasta por $2.500 en el exterior, entre otras cosas.
Es su decisión
En la Comisión Nacional del Consumidor consideran que lo importante es aclarar el carácter de opcional que tiene un seguro.
Su director ejecutivo, Randall Salazar, explicó que han detectado cómo en varios casos, los emisores hacen el proceso inverso.
Esto quiere decir que cobran a su cliente algún tipo de seguro y si éste reclama posteriormente entonces le eliminan el cargo y le reintegran el dinero cobrado anteriormente.
Otro problema común, agregó, es que el propio tarjetahabiente toma algún seguro adicional pero ni pregunta ni le explican el funcionamiento y características del mismo.
Ahora, no crea que una póliza siempre es optativa, por ejemplo en Bancrédito, si no pone fiador, debe tomarla.