La compra de medicamentos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) no se verá afectada por la puesta en práctica del Tratado de Libre Comercio de Estados Unidos con Centroamérica y República Dominicana (TLC).
La afirmación la realizaron Eduardo Doryan, presidente de la CCSS, y Alvin Chaves, director de Farmacoterapia de la entidad.
La Caja continuará adquiriendo las 3.022 medicinas que se encuentran en la lista oficial de medicamentos, de los cuales un 67% son genéricos.
Los consumidores podrán adquirir medicamentos genéricos, pero estos se comercializarán en el país cinco años después de que se registre el original.
El TLC regula la venta de genéricos en el capítulo XV del tratado, concerniente al tema de propiedad intelectual.
El artículo 15,9 establece la protección de productos innovadores por un período de 20 años, y la protección de datos de prueba por cinco años, en el artículo 15,10.
La patente protege un producto desde que se empieza a desarrollar, y por un plazo de 20 años.
Los datos de prueba son una prueba documental que se somete a consideración de las autoridades sanitarias, para obtener el permiso de comercialización o registro sanitario de un medicamento. En este caso se incluyen datos preclínicos y clínicos.
La protección se inicia en el momento en que se registran en el país los medicamentos originales.
Esto no significa que se adicionen cinco años al período de veinte años de las patentes, afirmó Susana Vásquez, quien es asesora del Ministerio de Comercio Exterior en propiedad intelectual.
Sin desequilibrio. Una de las dudas que hay en torno al TLC es si la Caja soportará la carga financiera que le generaría adquirir medicamentos originales. Eso manifiesta Román Macaya, director ejecutivo de la Cámara de Productos Genéricos.
Macaya compareció el 10 de agosto ante la Comisión de Asuntos Internacionales de la Asamblea Legislativa, que tiene a cargo la discusión del acuerdo comercial, y lanzó varias reflexiones.
Doryan señaló al respecto: “El TLC no es el que dispara el costo de los medicamentos , sino el aumento en la demanda de los servicios de la Caja por personas que hacen valer sus derechos de utilizar el sistema de salud. Con esto aumenta la demanda de la salud pública y, por ende, las necesidades de medicamentos para enfermedades cada vez más complejas”.
La Caja asigna un 10% de su presupuesto a la compra de medicamentos. De este, un 3% se dedica a productos innovadores.
La lista oficial resuelve el 98% de las enfermedades. Por año ingresan en promedio 10 nuevos.
Para la Federación Centroamericana de Laboratorios Farmaceúticos (Fedefarma), a futuro el efecto de las patentes y de la protección de datos de prueba será mínimo en las finanzas de la Caja, ya que solo una pequeñísima parte está constituida por medicamentos nuevos.
Vásquez recordó que en el tratado se dejó abierta la posibilidad de que el país decrete en el momento en que sea necesario un estado de “emergencia,” bajo el cual la Caja puede adquirir productos genéricos aunque no se cumplan los períodos establecidos.
Salud privada. Los medicamentos más novedosos que ingresen al mercado no contarán de manera inmediata con productos genéricos.
Al haber solo la opción de los innovadores se deberá pagar más caro que si existiera el genérico.
El presidente de la Federación Panamericana de Farmacia, Rodrigo Salas, indicó que el número de genéricos crecerá, pero serán productos más viejos pues las nuevas moléculas no llegarán rápidamente.
También es posible que se dé un ingreso de mayores cantidades de productos innovadores, y que con esto se genere más competencia.
“La protección de datos de prueba será un incentivo para atraer más farmacéuticas al país, y de esa manera se puede aumentar la oferta, y con ello habrá menores precios.
“Asimismo, existe el incentivo de que se le venderá a la región”, indicó la subdirectora de Fedefarma, Michelle Coffey.