Washington.- Desde la seguridad de una sólida economía estadounidense, el presidente Donald Trump encendió el viernes la mecha de una guerra comercial de alto riesgo con China.
La historia indica que un ciclo de aranceles y represalias podría asfixiar el crecimiento económico a fin de cuentas. Sin embargo, de momento, los empleadores, inversionistas y consumidores en Estados Unidos sopesan los peligros de una prolongada disputa entre las dos economías más grandes del mundo con un telón de fondo más positivo: el mercado laboral más saludable que el país ha tenido en años.
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En una muestra evidente de confianza a pesar de los peligros a futuro, las empresas de Estados Unidos han creado un sólido promedio mensual de 214.500 empleos este año. Muchas empresas aseguran incluso que les ha sido imposible encontrar suficientes personas para ocupar las vacantes. El desempleo se ubica en una tasa de 4%.
Estos puestos de trabajo fueron creados dentro de la expansión económica que Estados Unidos ha tenido los últimos 10 años, la segunda racha más larga en la historia del país. Los mercados financieros estadounidenses, aunque cautelosos por las disputas comerciales de Trump, han oscilado este año entre ganancias y pérdidas modestas, pero han evitado el pánico sostenido.
“La solidez de la economía obliga a poner todavía más bajo la lupa las políticas comerciales de Trump” , declaró Daniel Ikenson, director de estudios de política comercial del Instituto Cato, de tendencia libertaria.
La mayoría de los empleadores considera que la economía ha alcanzado una cómoda velocidad de crucero y continúan contratando trabajadores. En diversos sondeos entre empresas, las compañías han manifestado preocupación por los aranceles, pero sin suspender sus planes de negocios.
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Unos 213.000 empleos fueron creados en junio en Estados Unidos, y hubo un mayor número de personas que buscaron empleo de primera vez, al parecer optimistas de sus perspectivas aunque aún sin encontrar trabajo, lo que llevó la tasa de desempleo de 3,8 a 4%, dijo el viernes el gobierno.
A fin de alentar el crecimiento, empresas y consumidores recibieron este año un estímulo de $136.000 millones mediante una reducción de impuestos. El crecimiento económico trimestral está en vías de ser el más sólido desde 2014. La construcción de viviendas ha aumentado 11% en lo que va del año.
Desde esta posición de fuerza, Trump apuesta que puede imponer aranceles para su provecho aun si la medida conlleva ciertos perjuicios para las empresas y consumidores que lo apoyaron en las urnas en 2016.
La apuesta de Trump parece ser que los demás países no tienen más opción que tener relaciones comerciales con la economía más grande del mundo y que a fin de cuentas cederán.
El presidente estadounidense espera obtener concesiones no sólo de China, sino también de viejos aliados como la Unión Europea, México y Canadá.