Donatella Pasquali Zingone, dueña del grupo Zeta, que tiene numerosas inversiones en Costa Rica, Nicaragua, El Salvador y Guatemala, negó estar involucrada en un gigantesco caso de corrupción en Italia.
La esposa de Lamberto Dini, exprimer ministro de Italia, califica de falsas las acusaciones que la relacionan con la presunta compra, a un precio aumentado del 29 por ciento, de la empresa Telecom Serbia por parte de la italiana Telecom.
Ella dio las declaraciones al diario La Stampa.
“Soy objeto de una verdadera persecución”, declaró la empresaria, conocida en América Latina como propietaria del grupo Zeta, que tiene más de 15.000 empleados y administra grandes centros comerciales e industrias productoras de arroz.
Donatella Zingone fue acusada por un hombre de negocios italiano, Igor Marini, quien sostiene que entregó a la Zingone una maleta con $5 millones en la sede de un prestigioso club de golf en las afueras de Roma.
No rotundo
“Es todo falso, todo inventado. Ya lo denuncié por calumnia. No lo conozco, nunca lo he visto. Se trata de acusaciones inaceptables, de pura política”, dijo la empresaria.
Donatella Zingone anunció que declarará ante la comisión parlamentaria que investiga la compra de Telecom Serbia y negó conocer a otro intermediario, Curio Pintus, quien, según la prensa, era el hombre de confianza de su marido.
Interrogada sobre los lazos con Pintus, quien al parecer era socio de Slobodan Milosevic y de las conexiones comerciales entre una de sus firmas y el banco que supervisó por parte de los serbios la venta de una cuota de Telekom Serbia a Italia, negó toda relación.
“No tengo nada que ver con ese banco, se trata de insinuaciones”, dijo tras señalar que es una persecución política por el rol clave de su marido durante el gobierno de centroizquierda entre 1996 y el 2000.
La compra por parte de Telecom Italia de una cuota de Telecom Serbia fue efectuada en 1997, cuando el gobierno italiano estaba dirigido por una coalición de centroizquierda.
Las denuncias de Marini, rechazadas por los afectados, involucran adicionalmente a todos los altos dirigentes italianos de esa época.
Entre los mencionados están el actual presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, y el jefe de Estado italiano, Carlo Azeglio Ciampi, entonces ministro del Tesoro.