El Gobierno de Montenegro aprobó el jueves una plataforma para convertir Yugoslavia en una confederación de dos Estados, bajo el nombre de "Comunidad de los Estados de Montenegro y Serbia".
El documento de 15 páginas debe ser sometido al Parlamento montenegrino y al Gobierno serbio, y será la base para las negociaciones con Belgrado.
Montenegro, que persigue una serie de reformas democráticas y económicas y un acercamiento con Occidente, advirtió en las últimas semanas a Serbia (nación con la cual conforma la República Federada de Yugoslavia) que, si no acepta la propuesta, convocará a un referéndum independentista.
El portavoz del gubernamental Partido Socialista de Serbia, Ivica Dacic, se negó a hablar de la iniciativa montenegrina por no haber recibido aún el documento.
Ognjen Pribicevic, portavoz del principal grupo de oposición, el Movimiento de Renovación Serbio (SPO), indicó que su partido "apoya cualquier solución que lleve a la conservación del Estado conjunto entre serbios y montenegrinos".
Slobodan Orlic, vicepresidente del grupo Socialdemocracia, advirtió a Belgrado de que no intente recurrir a la violencia contra Montenegro "porque ya han perdido cuatro guerras y la próxima seguro que será la última".
Precisamente, la oposición serbia calificó de "legítimas" las aspiraciones de Montenegro de redefinir sus relaciones dentro de la Federación Yugoslava, pero advirtió de que pueden ser aprovechadas por el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, para fortalecer su posición.
Zoran Djindjic, líder del Partido Democrático integrado en la pro occidental Alianza para el Cambio, dijo que Milosevic intentará convencer a la opinión pública de que el problema más apremiante es el de la conservación del Estado, en vez de la necesidad urgente de su democratización.
La mayoría de partidos coincidió ayer también en que es necesaria la dimisión de Milosevic y la democratización de Serbia antes de replantear los nexos entre las dos repúblicas integrantes de la Federación. Sin embargo, esta opinión no es compartida por los líderes del moderado Partido Demócrata Serbio, quienes calificaron el proyecto de "intento de desintegrar la Federación y sin sentido político y jurídico".
El dirigente nacionalista subrayó que "para democratizar un Estado no es necesario desintegrarlo", y agregó que, aunque las autoridades de Montenegro son menos autoritarias que las de Belgrado, tampoco son democráticas. "Al abogar por la desintegración de Yugoslavia, el Gobierno de Djukanovic muestra que a lo que aspira no es a la democracia, sino a un poder absoluto", declaró.