Múnich. AFP. Las autoridades alemanas aplicarán medidas de seguridad sin precedentes en Baviera con motivo de la visita, mañana, del Papa a su región natal.
El incremento en la vigilancia se da a raíz de que la amenaza terrorista se cierne sobre Alemania desde los atentados fallidos de julio pasado contra varios trenes.
Desde hace varias semanas, los policías están sellando las bocas de las alcantarillas en las carreteras por las que pasará Su Santidad en la ciudad germana.
Se han desmontado las papeleras, buzones y macetas de flores y se ha cambiado de sitio a los vehículos y bicicletas para evitar la colocación de bombas en lugares de deficiente visibilidad, anunciaron las autoridades bávaras.
“En toda mi vida no he visto nunca semejantes medidas de seguridad para una sola persona”, declaró el ministro del Interior de Baviera, Gunther Beckstein.
Unos 5.000 policías originarios de distintas regiones de Alemania velarán del 9 al 14 de setiembre por la seguridad del Santo Padre en su estadía en Baviera.
Se ha adoptado un dispositivo de seguridad de nivel máximo, semejante al que se aplicaría, por ejemplo, durante una visita del presidente estadounidense.
No obstante, en el recorrido muchos fieles podrán ver a Benedicto XVI, quien se desplazará a menudo en un vehículo descapotable y presidirá celebraciones eucarísticas.
La visita del Papa a Alemania tiene lugar seis semanas después de un doble atentado fallido contra trenes regionales atribuido a presuntos libaneses que, con su acto terrorista, protestaban por la publicación de caricaturas de Mahoma en periódicos occidentales.
Hermano. Benedicto XVI recorrerá la ciudad en compañía de su hermano, el sacerdote Georg Ratzinger, quien estará presente en casi todas las etapas del viaje como único superviviente de una familia cuya memoria guarda celosamente el Papa en su corazón.
Los dos hombres, ordenados sacerdotes en Freising el 29 de junio de 1951, vivieron siempre muy unidos y es probable que decidan rememorar viejos tiempos en Ratisbona, cerca de las tumbas de sus padres y su hermana mayor.
El padre era un gendarme bastante severo que no se molestaba en disimular sus opiniones antinazis y la madre, muy tierna, trabajaba como cocinera.
Benedicto XVI también mantenía una relación muy cercana con su hermana María, quien lo siguió primero hasta Múnich y posteriormente a Roma, hasta su muerte en 1991.