Kiev El nuevo comandante de las fuerzas armadas ucranianas, el general Oleksandr Sirski, reconoció el miércoles, tras una visita al frente, que la situación es “extremadamente compleja” y que Ucrania carece de hombres y armas para encarar la invasión rusa.
Estas dificultades podrían agravarse si el nuevo paquete de ayuda estadounidense, crucial para el arsenal de Ucrania, sigue bloqueado por las divisiones entre demócratas y republicanos.
“Los ocupantes rusos continúan aumentando sus esfuerzos y superan en número” a las fuerzas ucranianas, dijo el general Sirski en Telegram. “La situación operativa es extremadamente compleja y estresante”, añadió.
“Estamos haciendo todo lo posible para evitar que el enemigo avance sobre nuestro territorio y para mantener nuestras posiciones”, subrayó el nuevo comandante en jefe, que reconociendo que sus fuerzas están sufriendo para contener los múltiples asaltos rusos en el este.
El asesor de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan, aseguró que recibieron “cada vez más reportes de que las tropas ucranianas racionan o incluso se quedan sin municiones en el frente”, y llamó al Congreso a poner fin a la inacción de Estados Unidos.
Sin embargo, el gobierno ucraniano continua poniendo en jaque a la flota rusa en el mar Negro, como este miércoles, cuando anunció la destrucción de otro buque de guerra. En el frente terrestre, el objetivo de recuperar el casi 20% del territorio de Ucrania ocupado por fuerzas rusas parece todavía muy lejano.
Syrsky, que durante mucho tiempo fue el comandante de las operaciones militares de Kiev en el este, fue ascendido a jefe del ejército la semana pasada y el presidente Volodimir Zelenski le exigió cambios tras el fracaso de la contraofensiva ucraniana a mediados de 2023.
En su primera visita al frente como comandante en jefe, el general iba acompañado del ministro de Defensa, Rustem Umerov, y pasó por las ciudades de Avdiivka y Kúpiansk, dos zonas de combate.
"Estamos tomando todas las medidas posibles para minimizar nuestras pérdidas", aseguró.
‘Buque destruido’
Desde octubre, las fuerzas rusas llevan a cabo ataques y bombardeos masivos para conquistar Avdiivka, una ciudad industrial en gran parte destruida. La posición de los defensores ucranianos se deterioró desde enero y el alcalde de la ciudad, Vitaly Barabash, habló recientemente de una situación “crítica” en algunos barrios.
Por otro lado, en el mar Negro, donde Ucrania logró en 2023, que la poderosa flota rusa roetrcediera con la ayuda de misiles y drones, Kiev anunció la destrucción de otro buque enemigo.
"Las fuerzas armadas ucranianas, con unidades de inteligencia militar, destruyeron un gran buque de desembarco, el 'Cesar Kunikov'", declaró el Estado Mayor del ejército en Telegram.
El departamento de inteligencia militar de Ucrania (GUR), explicó que utilizaron drones navales Magura V5 para destruir el barco frente a la ciudad de Alupka, en la costa del mar Negro, provocando agujeros críticos que desembocaron en su hundimiento. Zelenski se congratuló por este ataque que “refuerza la seguridad en el mar Negro y la motivación de nuestro pueblo”.
Según el ejército ucraniano, desde que comenzó la guerra hace dos años, 24 barcos y un submarino quedaron “inutilizables”, lo que representaría un tercio de los barcos rusos en el mar Negro.
Rusia rara vez reconoce sus pérdidas y el miércoles, Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, no quiso comentar las afirmaciones ucranianas. El ejército ruso continua sus ataques contra ciudades ucranianas cercanas al frente en el este.
El miércoles a la madrugada una madre junto a su hijo de nueve años, así como una mujer embarazada murieron en un bombardeo que alcanzó un hospital en la ciudad de Selídove, en el este, según las autoridades ucranianas. Unas horas más tarde, otro ataque ruso mató a dos mujeres, de 62 y 74 años, en la aldea de Mikolaivka, a 80 kilómetros al noreste, en la misma región de Donetsk, según el gobernador regional.