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El secretario general de la ONU, Kofi Annan, defendió ayer su decisión de no haber retirado a todo el personal de la organización de Iraq ante las condiciones de seguridad tras las críticas recibidas en ese sentido por un informe independiente publicado esta semana.
“No estuve de acuerdo en retirar a todo el mundo”, declaró Annan al llegar a la sede de la organización en Nueva York después de regresar de Madrid, donde asistió a la conferencia de países donantes que discutieron la reconstrucción de Iraq.
“Me pareció que no sería inteligente retirar a Naciones Unidas completamente” tras los dos atentados que sufrió el hotel que servía como sede de la organización en Bagdad.
“Fue mi decisión y fue la decisión correcta”, concluyó Annan, quien adelantó que hablará más del asunto en cuanto estudie en profundidad el documento, que criticaba abiertamente las medidas de seguridad del personal de la ONU en Iraq.
“Acabo de llegar y no he tenido tiempo de estudiar el informe en detalle”, explicó.
El informe “será tomado en serio, requiere acción y reflexión y eso es lo que haremos”, dijo.
Este documento de una comisión independiente, encabezada por el expresidente finlandés Martti Ahtisaari, creada tras el atentado contra la sede de la ONU en Bagdad que en agosto dejó 22 muertos, criticó a la ONU y puso en evidencia los serios fallos en su gestión del tema de la seguridad.
El informe, oficialmente publicado el miércoles en Nueva York, destacó que “la preocupación por la seguridad manifestada por el equipo en el lugar (Bagdad), no se correspondía con el nivel de hostilidad del entorno” y criticó varias de las decisiones tomadas.
También señaló que los responsables de la seguridad y los altos funcionarios de la ONU recomendaron, después del segundo atentado contra la sede en setiembre, la evacuación de Iraq de todo el personal no iraquí de la ONU, pero el Secretario General del organismo hizo caso omiso.
