Quito. Angustia, lágrimas y millonarias pérdidas económicas. Ecuador sufre largos cortes de luz, que este viernes se ampliaron a 14 horas al día, la medida más restrictiva tomada por el gobierno para enfrentar la peor sequía en 60 años.
“Hemos tomado la dolorosa pero responsable decisión de modificar el plan de racionamientos, aumentando de 8 a 14 horas diarias”, expresó la ministra encargada de Energía, Inés Manzano, en redes sociales.
Con el nuevo plan de apagones, que será evaluado este domingo, el gobierno dio marcha atrás a su reciente anuncio de reducir paulatinamente los cortes hasta llegar a cuatro horas diarias en la primera semana de noviembre.
Sin mencionar directamente la crisis energética, el gobierno ordenó suspender la jornada laboral y las clases el 31 de octubre, argumentando que la medida busca “fortalecer la actividad económica” durante un largo feriado por el Día de Difuntos y la Independencia de Cuenca.
“Tenemos de frente nuevos desafíos que requieren que arrimemos el hombro para superarlos. Ante cada crisis, nos levantamos con fuerza”, dijo el presidente Daniel Noboa al encabezar un acto castrense el miércoles.
Su homólogo colombiano, Gustavo Petro, pidió ayuda para Ecuador y Cuba, que también enfrenta apagones. “Es hora de que todos los pueblos hermanos de Latinoamérica nos solidaricemos. La posibilidad de desarrollar energía solar y eólica en esos países requiere de nuestra colaboración”, escribió en la red X.
En Quito, la desesperación se apoderó de los comerciantes cuando el gremio de industriales estimó que, por cada hora de apagón, el país pierde $12 millones.
“Me dan ganas de llorar, esto es peor que en la pandemia de covid-19. En la pandemia podíamos vender a escondidas o a domicilio; ahora no se vende nada. Nosotros vivimos del día, no se sacan copias, no hay internet”, dijo Isabel Corella, de 57 años y propietaria de una papelería en el barrio de Nayón, al noreste de Quito.
En las calles de Guayaquil, el ruido de los generadores interrumpe la cotidianidad del puerto. Para evitar robos, sus propietarios los atan a postes con cadenas metálicas.
Escenario cambiante
La sequía redujo este año a mínimos históricos el nivel de los embalses de las centrales hidroeléctricas, que generan el 70% de la demanda nacional. En abril, el Ejecutivo ya había impuesto cortes de hasta 13 horas diarias.
Ecuador atraviesa “una crisis dinámica y sin precedentes que nos obliga a adaptarnos a escenarios cambiantes”, manifestó Manzano.
Recordó que “toda Sudamérica enfrenta una sequía sin precedentes”. Este año, la región ha encendido las alarmas ante una prolongada temporada seca, asociada al cambio climático, que ha ocasionado racionamientos de agua y energía e incendios forestales en varias naciones.
El panorama se oscurece cada vez más para los 17 millones de ecuatorianos. La alta demanda de generadores eléctricos, baterías, focos recargables y linternas ha disparado sus precios. Una fábrica de velas en Quito pasó de producir 4.500 a 45.000 al día.
Ecuador necesita unos 4.600 MW y enfrenta un déficit de al menos 1.600 MW.
El Ministerio de Educación modificó los horarios de clases en los establecimientos estatales, retrasando una hora el ingreso y adelantando una hora la salida para las jornadas matutina y vespertina, respectivamente. También ordenó la modalidad “no presencial” para quienes estudian por la noche.
Compra de energía
Además de los apagones, los ecuatorianos enfrentan la violencia impuesta por bandas narcotraficantes. La nación cerró 2023 con el récord de 47 homicidios por cada 100.000 habitantes.
En ese contexto, el miedo a la oscuridad crece. Los negocios cierran antes de lo habitual, dejando barrios desolados.
“Los comedores (restaurantes) ya no están abriendo porque no tienen cómo mantener sus productos”, comentó Enrique Lindao, un comerciante guayaquileño de 60 años.
El desconsuelo también invade a los familiares de enfermos que dependen de equipos médicos para sobrevivir o que deben mantener medicamentos refrigerados.
William Oñate, de 52 años, relató que debe envolver en bolsas de hielo la insulina de su esposa. “Estamos aguantando con paquetes de hielo, pero con 14 horas (de apagón) no sabemos. El hielo no aguanta ni siete horas”, expresó.
Hace una semana, Noboa indicó que prevé incorporar a “mediano plazo” cerca de 1.600 MW al sistema nacional de energía, desde noviembre hasta el primer trimestre de 2025, mediante la generación térmica y la operación de otra hidroeléctrica.
Manzano señaló al canal Teleamazonas que está negociando con Colombia la compra de electricidad.
También golpeada por la sequía, la vecina nación dejó de suministrar 450 MW el 9 de octubre, aseguró.
Ante la crisis hídrica y sus efectos, 20 de las 24 provincias ecuatorianas están en alerta roja.
La sequía también ha provocado incendios, afectaciones en el suministro de agua potable y problemas en la producción agrícola y las telecomunicaciones.