Kandahar, Afganistán. AFP. Un atentado suicida atribuido por las autoridades a la red fundamentalista al-Qaeda dejó ayer al menos 20 muertos, incluyendo al atacante y al jefe de la policía de Kabul, y 52 heridos en una mezquita de Kandahar (sur de Afganistán).
El presidente afgano, Hamid Karzai, calificó el atentado como un "acto despreciable cometido por enemigos del Islam y de Afganistán".
Según un comunicado de la presidencia afgana, el atentado dejó 20 muertos, mientras que el ministro afgano del Interior, Ali Ahmed, afirmó que el saldo fue de 19 muertos y 52 heridos.
"Según las informaciones recabadas y un documento de identidad que encontramos", el suicida "era un árabe, miembro de la red al-Qaeda", afirmó el gobernador de la provincia de Kandahar, Gul Agah Shirzai, quien no ofreció pruebas que sustentaran estas declaraciones.
Por el momento, este atentado no fue reivindicado.
La explosión tuvo lugar en la mezquita Abdul Rab durante una ceremonia de plegarias por la muerte del mulá Abdul Fayaz, ocurrida el domingo en un ataque reivindicado por los talibanes.
Varias fuentes policiales y testigos indicaron que el atentado suicida estaba destinado al jefe de la policía de Kabul, general Akram Jakraizwal, uno de los muertos.
Suicida. "Un hombre con uniforme policial se acercó a él y se hizo estallar. Jakraizwal murió al instante, al igual que sus guardaespaldas y las personas que se encontraban alrededor", dijo un testigo.
El suelo de la mezquita estaba cubierto de cadáveres despedazados y cubiertos de sangre. La violenta explosión causó fuertes daños al edificio, así como a la gran carpa colocada en la entrada para recibir a más fieles.
La ceremonia religiosa de ayer estaba dedicada al mulá Abdulá Fayaz, jefe del consejo islámico de la provincia de Kandahar, asesinado el domingo cuando se encontraba frente a su oficina en Kandahar por dos hombres que circulaban en moto.
Abdul Latif Hakimi, quien afirma ser el portavoz de los talibanes, reivindicó este ataque en una llamada telefónica a medios de comunicación.