París, Washington y Jerusalén. El primer ministro israelí Ehud Barak declaró ayer en París que la hora de las "decisiones mayores" había llegado en el proceso de las negociaciones israelí-palestinas, en momentos en que el presidente estadounidense Bill Clinton anunció una próxima cumbre tripartita a celebrarse cerca de Washington.
"Entramos en un período crítico en el proceso de paz que exigirá decisiones de gran importancia por parte de los dirigentes de ambos lados", expresó Barak a la prensa tras una entrevista de una hora con el mandatario francés Jacques Chirac, a la que siguió un almuerzo ofrecido en el Elíseo.
La cumbre tripartita sobre Oriente Medio convocada por Clinton, se realizará el próximo martes en Camp David (afueras de Washington), en procura de concertar un tratado definitivo de paz entre Israel y los palestinos.
A la cita acudirían Clinton, Barak y el presidente palestino, Yaser Arafat. Para tratar de eliminar las "importantes diferencias" que han llevado a un estancamiento a los negociadores palestinos e israelíes, manifestó Clinton en la sala de prensa de la Casa Blanca.
La convocatoria a esta cumbre se produce a menos de 48 horas del compromiso tomado por los palestinos de proclamar un Estado con Jerusalén este por capital "el 13 de setiembre al final del período interino" previsto por los acuerdos de 1993.
Difícil negociación
La cita de paz en Washington, desató una tormenta ayer en Israel, donde el ministro del Interior, Natan Sharansky, anunció su renuncia, y la de su partido de inmigrantes, del gobierno porque no acepta la política de paz de Barak ni su asistencia a la cumbre en Camp David, donde "seguramente será presionado por Clinton para que haga concesiones a los palestinos".
Su decisión probablemente provocará el retiro del Partido Nacional Religioso, que también se opone a hacer mayores concesiones a los palestinos, y dejaría al gobierno en situación precaria, con solo 59 de las 120 bancas en el Knesset (parlamento).
Pese a estas reacciones, Barak insistió en que irá a la cita. "Existen grandes oportunidades pero también grandes riesgos", indicó, y agregó que: "estamos determinados a hacer lo mejor que podamos para asegurar un porvenir mejor para Israel gracias a un acuerdo de paz con todos nuestros vecinos, si es posible sin poner en peligro nuestros intereses nacionales vitales".
Sin embargo, el jefe del gobierno israelí advirtió contra todo exceso de optimismo.
Igual opinó Clinton, quien dijo que "no hay garantía de éxito", pero que ambas partes han aceptado que no pueden hacer el progreso suficiente sin una cumbre y que ha llegado el momento de actuar, porque "las demoras tienden a empeorar estas cosas, no a mejorarlas".
Palestinos e israelíes mantenían ayer una "batalla diplomática" en Europa en torno al eventual reconocimiento de un Estado palestino. Arafat visitó la semana pasada el Viejo Continente en busca de apoyo para este, y Barak procuraba cerrarle las puertas ayer.