La Paz. AFP Los indígenas del occidente de Bolivia celebraron ayer el Año Nuevo aymara 5518 con una ceremonia ancestral en el complejo religioso preincaico de Tiwanaku, cercano a La Paz. Por primera vez, este festejo se decretó feriado nacional y generó descontento de algunas regiones.
Tiwanaku, capital de la cultura indígena más longeva de Suramérica (nació por el año 1500 a. C. y colapsó entre el 1100 y el 1200 d. C.) fue el escenario de la celebración que también marca el solsticio de invierno en el hemisferio sur.
La ceremonia comenzó el domingo por la noche, con la llegada de miles de turistas. El festejo central denominado Wilkakuti (Año Nuevo) fue al amanecer, con la llegada de los primeros rayos del Tata Inti (Padre Sol), astro al que los aymaras le imploran beneficios para sus siembras y cosechas.
El acto se inició con la llegada del presidente Evo Morales, líder indígena de tendencia izquierdista, devoto y promotor de eventos de las comunidades originarias del país. “Yo vengo a agradecer a la Madre Tierra y pedirle que me acompañe en esta gestión”, agregó.
Los aymaras residen en los departamentos andinos de La Paz y Oruro y parte de Potosí.