La decisión del órgano deliberativo de dotarse de poderes plenipotenciarios para refundar el país exacerbó el viernes las profundas diferencias del gobierno con la oposición de derecha, que estudia cuestionar la medida por ilegítima e ilegal en ámbitos del tribunal constitucional.
En la misma dirección, las organizaciones cívicas de cuatro regiones bolivianas, encabezadas por la rica y poderosa Santa Cruz, adversas también al caracter “originario y fundacional” de la Asamblea Constituyente, proyectaban una reunión para tomar medidas.
La dirigencia de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, aprobó el viernes un documento de rechazo a la decisión de los constituyentes que ratificaron en dos votaciones su carácter de originaria, es decir con facultades para refundar el país en la nueva Constitución.
Las pugnas en su redacción han sido violentas en torno al mecanismo de votación que debe imperar: el oficialismo, que controla el 55% de las bancas, pretende que las decisiones se definan por mayoría absoluta de votos (50%+1) excepto el texto final de la Carta Magna, que debería aprobarse por dos tercios. La oposición reclama la mayoría de dos tercios para todas las votaciones.
Rutas. Morales, que ayer viajo a la ciudad de Potosí (sur) para visitar centros médicos y de alfabetización apoyados por voluntarios cubanos y venezolanos, logró también la madrugada de ayer superar un corte de rutas que fue uno de los mayores dolores en sus ocho meses de gobierno.
Mineros desocupados y campesinos liberaron luego de tres días una importante ruta del oeste de Bolivia tras la firma de un convenio que incluye la creación de puestos de trabajo y financiación para reactivar la minería.