Más de 450.000 personas comenzaron ayer a evacuar zonas costeras e islas vulnerables en los estados de Carolina del Norte y del Sur, mientras el huracán Bonnie, de proporciones gigantescas, avanzaba hacia las costas estadounidenses.
"Van a soportar todo el impacto de un huracán enorme", manifestó el director del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, Jerry Jarrel.
Bonnie, con un diámetro de 640 km (casi lo que mide Costa Rica de frontera a frontera), es el huracán más grande y peligroso de tres que se mantenían ayer activos (dos en el océano Atlántico, y uno en el Pacífico) y amenazando el norte del hemisferio. Este se dirigía hacia las costas de Carolina del Norte con vientos sostenidos de 185 kilómetros por hora.
Le seguía en peligrosidad el huracán Howard, en aguas del Pacífico y que ayer recobró fuerza, tras alcanzar la categoría cuatro en la escala Saffir-Simpson (con cinco como nivel máximo).
El meteoro generaba vientos sostenidos de 230 kilómetros por hora y rachas de hasta 280, y se desplaza en dirección oeste-noroeste a 22 kilómetros por hora, amenazando el sur de Estados Unidos, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de México.
Según anunciaron ayer los expertos, detrás del "rastro" de Bonnie en el Atlántico, se formó Danielle, un nuevo huracán (que hasta entonces era solo una tormenta tropical), con vientos sostenidos de 130 kilómetros por hora y rachas de 160, informó el SMN. Este último todavía no constituye una amenaza, aclararon.
Gran golpe
Las autoridades de emergencia de Carolina del Norte instaron ayer a los habitantes de los Cayos Exteriores a abandonar las islas antes de que las carreteras queden sumergidas bajo las aguas.
Si Bonnie mantenía el rumbo y la dirección que registraba ayer en la tarde, muchas personas se verían expuestas a vientos huracanados antes de que puedan dejar las islas, toda vez que se cree que hoy, miércoles, el huracán tocará tierra.
Las advertencias de huracán continuaban vigentes desde Savannah, Georgia, hasta Murrells Sound, y fueron extendidas desde la frontera entre Carolina del Norte y Virginia hasta Cabo Henlopen, estado de Delaware, incluyendo la parte baja de Chesapeake Bay.
Hasta ayer, al menos 32 personas habían muerto en los estados del sur norteamericano. Dos personas murieron ahogadas en el este debido a las lluvias que atrajo Bonnie, y otras 30 perecieron en el estado fronterizo de Texas, ante la crecida del río Bravo, producto de fuertes lluvias asociadas a la tormenta tropical Charley, que inundaron el suroeste del estado desde el sábado pasado.