Brasilia. DPA. El presidente de Brasil y candidato a la reelección, Luiz Inácio Lula da Silva, y su rival en la segunda ronda de la disputa presidencial, el socialdemócrata Geraldo Alckmin, buscan el apoyo de sus respectivos aliados que vencieron a nivel provincial en los comicios del domingo.
Lula decidió sumar al comando de su campaña a los gobernadores electos de los estados de Sergipe, Marcelo Deda, y de Bahía, Jacques Wagner, así como al electo diputado federal por el estado de Ceará, Ciro Gomes, quien obtuvo la mayor votación proporcional del país por el Partido Socialista Brasileño (PSB).
El apoyo de Wagner tendrá un peso relevante en la campaña del Presidente hacia un segundo mandato, ya que Bahía representa el primer gran colegio electoral alcanzado por su Partido de los Trabajadores (PT), desde que perdió en el 2002 la gobernación de Río Grande del Sur.
Además, Lula pidió al jefe de su campaña, Marco Aurelio García, y al ministro de Justicia, Marcio Thomaz Bastos, que se investigue con urgencia el caso de las supuestas acusaciones contra candidatos opositores, que integrantes del PT intentaban comprar con dinero de origen hasta ahora desconocido con el objetivo de perjudicar a sus rivales.
Por su parte, Alckmin recurrirá al apoyo de sus correligionarios que ganaron las gobernaciones de los mayores colegios electorales y estados más ricos del país, Sao Paulo y Minas Gerais.
Para ello, prevé realizar viajes por todo el país acompañado de los gobernadores electos de Sao Paulo, José Serra, y de Minas Gerais, Aecio Neves, que juntos alcanzaron un total de 19,8 millones de votos, equivalentes al 49,7% de los votos obtenidos por el candidato a la presidencia.
“Serra y Aecio son hombres públicos probados, importantísimos y son de dos estados con las mayores poblaciones brasileñas. Entonces tiene enorme peso no solo su apoyo, sino también el de los líderes vinculados a ellos”, afirmó Alckmin.
Su campaña electoral se centrará en las regiones sureste, la más rica y económicamente desarrollada de país, con una población de más de 72 millones de habitantes, y norte y noreste, las más pobres del país, y reductos electorales de Lula.
Asimismo, Alckmin continuará explotando los escándalos de corrupción que envolvieron a integrantes del PT y a auxiliares del gobierno allegados a Lula, sobre los cuales se referirá en un tono más agresivo que hasta ahora.
Ambos candidatos se enfrentarán por primera vez el domingo en un debate televisivo.