Hong Kong
Cientos de pasajeros seguían varados este martes en el aeropuerto de Hong Kong, donde el paso del tifón Nida, que ahora se dirige hacia China continental, obligó a cancelar vuelos y vació las calles de la excolonia británica.
La tormenta, con lluvias torrenciales y vientos violentos, también llevó a las autoridades a cerrar la bolsa.
Durante la noche del lunes se registraron vientos de hasta 151 kilómetros por hora mientras la lluvia se abatió sobre la ciudad, dejando varios heridos así como árboles y andamios caídos.
La tormenta desató inicialmente una alerta por tifón de nivel 8 —el tercer nivel más alto—, que luego fue rebajada a medida que los vientos disminuían y el tifón se trasladaba hacia la China continental.
Las calles desiertas de Hong Kong empezaron poco a poco a reanudar la normalidad el martes, con los autobuses y los trenos funcionando de nuevo, aunque en el aeropuerto internacional cientos de pasajeros seguían bloqueados.
Un portavoz del aeropuerto dijo a la AFP que solo están previstos 500 vuelos este martes, menos de la mitad de los 1.100 operados en un día normal.
El lunes ya fueron cancelados 150 vuelos cuando el tifón se acercaba y muchos pasajeros tuvieron que dormir en el suelo.
La principal compañía de Hong Kong, Cathay Pacific, y su filial Dragonair cancelaron todos los vuelos desde y hacia Hong Kong durante 16 horas.
"La aerolínea no está dando información. No hubo ningún anuncio sobre donde dormir, comer o sobre la situación meteorológica, es un caos", dijo un pasajero a la cadena local TVB.
Otro pasajero de Filipinas explicó a la AFP que no le habían dado una habitación de hotel ni comida a pesar de que está en el aeropuerto desde el lunes por la mañana sin poder volar.
Con fuerza. Tras su paso por Hong Kong, Nida tocó tierra el martes temprano en Shenzhen, una ciudad del sur de China, con vientos que todavía alcanzaban más de 150 kilómetros por hora.
Se trata del tifón más potente de los últimos 30 años en el Delta del Río de las Perlas, según expertos citados por China News Service.
En Shenzhen, las autoridades lanzaron una alerta roja -la más alta- por lluvia y las precipitaciones alcanzaron los 80 milímetros, indicó el servicio meteorológico.
En las fotos se ven árboles arrancados, aguas negruzcas invadiendo las calles de la ciudad y un rascacielos con varias ventanas rotas.
China ya ha sufrido tormentas importantes este año. En julio al menos 69 personas murieron en la provincia de Fujian, en el este, a causa del supertifón Nepartak que finalmente fue rebajado a tormenta tropical.